En busca de voluntarios el Hogar Anita Goulden

El centro está situado en Piura, Perú.

Desde sus inicios en 2003, Anita Goulden se ha encargado de acoger a niños con diversas enfermedades pero principalmente los que tienen secuelas de Parálisis Cerebral Infantil. Ubicado en la ciudad de Piura en Perú, el centro se encuentra en la búsqueda de manos que ayuden con el ciudado de los niños.

Dianaly Cortés Rivera, una joven puertorriqueña de 22 años quien realizó un voluntariado los meses de julio y agosto, expresó en una entrevista alguna de las necesidades que tiene el hogar.

“Además de la terapia física, yo pienso que haría mucha falta la terapia del habla porque allí ninguno te habla. Hay muchos que tienen la oportunidad de desarrollarse mejor en el habla y no tienen una persona que los ayude”, señaló.

El centro cuenta con siete técnicos de enfermería los cuales se encargan de la medicación, alimentación e higiene de los niños. Sin embargo, el Hogar Anita Goulden solo dispone de dos terapistas físicos las cuales trabajan de lunes a viernes hasta el medio día.

A consecuencia de esto, el personal del centro resaltó la necesidad de voluntarios que diviertan a los niños así como profesionales en el área de terapia fisica y del habla. Además, se necesita material ocupacional como férulas, equipo biomecánico, etc.

¿Qué es ser un voluntario en el Hogar Anita Goulden?

Joyce M. Serrano Valcárcel, una joven puertorriqueña de 21 años quien también estuvo asistiendo al centro los meses de julio y agosto, explicó a través de una entrevista lo más que la cautivó en su labor como voluntaria.

“Ellos te regalan su inocencia, la alegría en su máxima expresión. Algo que me ha tocado mucho es que tu entras allí, (y ves a) niños en cuatro paredes todo el tiempo y te sonríen. Los que pueden caminar vienen y te abrazan, te piden un beso y eso es pureza.” afirmó.

Mientras, Dianaly Cortés Rivera, subrayó la felicidad que irradian los niños a pesar de su enfermedad y sus escasos recursos.

“Que te reciban siempre con una sonrisa y tu los ves a ellos súper felices, es una enseñanza porque lo que importa, tal vez, es estar bien, estar rodeado de la gente que te quiere para ser feliz”, sostuvo.

Por su parte, Anita Mollet, asesora del centro, precisó la responsabilidad que conlleva ser un voluntario.

“Lo primero es darse por entero pero estar también muy atento a lo que el otro necesita; yo pienso que eso es lo principal. Luego, dar cariño y no imponer, sino ver lo que el otro necesita y en que puedes ayudar. Los voluntarios son cómplices, son amigos”. concluyó.

Historias de los niños

En el Hogar Anita Goulden residen 18 niños y cada uno tiene una historia distinta y especial pero entre ellas, resaltan algunas como la de Eder Jiménez. Eder llegó al centro en julio de este año (2019) pues fue víctima de maltrato en su propia casa. Como resultado, desarrolló malnutrición y hipotonía, la cual es una enfermedad que reduce el tono muscular.

Por su parte, para Dianaly Cortés Rivera, uno de los casos más impactantes es el de Henry López: un joven de 16 años quien fue arrollado por un auto cuando tenía diez años. Por esta razón, le tuvieron que remover parte del cerebro por lo que fue diagnosticado con una secuela de Parálisis Cerebral Infantil. Para Cortés Rivera, lo triste del caso es que él aún recuerda el momento del accidente.

“En una él me dice: ‘Me acuerdo’. Y yo le digo: ‘ ¿De qué te acuerdas?’. Él me dice: ‘Me acuerdo cuando era bebé’. Y yo le digo: ‘ ¿Pero de qué te acuerdas? Cuéntame’. Y él me dice: ‘Me acuerdo del p**o carro. Lo odio”, detalló Córtes Rivera.

Cómo ayudar

La principal fuente de ingreso del Hogar Anita Goulden son las donaciones de modo que si usted está interesado en ofrecer su ayuda puede ser a través del correo postal, con un código específico o donando dinero directamente a la cuenta de banco. Del mismo modo, puede escribir un correo electrónico a la dirección hogar.anita.goulden@gmail.com .

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