(Por: César)

     Cuando estamos en la escuela superior tenemos una visión de la universidad muy diferente a lo que es en realidad. Algunos piensan que será fácil, ya que estarán estudiando lo que les apasiona, otros piensan que será un reto difícil y finalmente están los que piensan que será una experiencia diferente, única y divertida. La realidad es que los estudios, ya sean a nivel escolar o universitario, siempre serán parte importante de nuestras vidas y debemos tomarlo con mucha paciencia y responsabilidad, pero debemos tener mucho cuidado de saber balancear y tener nuestros límites. 

     Ese gran cambio de la escuela superior a la universidad es algo que nos preocupa a todos y nos hace vivir en una bola de cristal por un tiempo. Cuando entramos a la universidad tratamos de no fallar en nada, queremos ser perfectos, entregar todos los trabajos a tiempo, llevarnos bien con los profesores y compañeros, tener vida social, ente otros, y todo eso está bien, pero aveces llega a un límite en el que tenemos tanta presión encima que pensamos que no podemos más.

     El tratar de que todo siempre salga perfecto puede causar bloqueo mental y a causa de eso viene la frustración. Al darnos cuenta que las cosas no nos salen como queremos o planeamos y ver cómo todo se nos junta nos puede dar depresión. Llegará un tiempo en el que vamos a tener tantas preocupaciones y cosas encima que vamos a querer tirar la toalla. El querer hacer todo y al final no hacer nada es los que nos puede pasar frecuentemente, nos vamos a sentir perdidos y nuestra mente va a estar en el aire.

     A mí en lo personal me pasó algo similar, me presionaba mucho a mí misma y termine bloqueándome y no haciendo nada. Me dio un poco de depresión verme en esa situación porque no sabía cómo hacer las cosas, no sabía cómo organizarme de forma efectiva. A causa de eso empecé a descuidar mis estudios, me desmotive un poco. Con el tiempo pude enfocarme de nuevo y es bueno saber que la universidad cuenta con los recursos necesarios para ayudarnos en esas situaciones. Para que no nos pase esto debemos coger las cosas con calma y no presionarnos tanto, hacer una cosa a la vez y poner los resultados en las manos de Dios.