Estaba de un humor de los mil demonios, todavía me costaba creer que Ariabella, mi esposa se hubiese marchado de esa manera tan imprudente y además sola. Porque irse a la aventura sin escolta en compañía únicamente de otras dos mujeres y solo con el cochero y una lacayo para protegerlas de cualquier peligro.  Dios pero que irresponsabilidad de parte de Ariabella.

Cuando Dantalian y Andrew llegaron a la casa ya él estaba listo el carruaje, no me había dado tiempo ni de cambiarme de ropa ni de decirles bien porque debía marcharse de esa manera.  Y tampoco me importaba solo quería ir a buscar a mi mujer y traerla de regreso aunque fuese maniatada de pies y manos.

?Maldita sea.?masculló de mal humor, me pase la mano por el cabello de pura frustración?¿donde demonios tienes la cabeza Ariabella?

Le había ordenado al cochero que no se detuviera ni por nada ni por nadie, que reventase a los caballo está que muriese si era necesario pero que no se detuviese esta que hubiésemos llegado a mi mansión en Londres, o le pesaría.  Y con la cólera tan grande que tenia no me temblaría el pulso para  cumplir con cualquier amenaza que hiciese.  Solo esperaba que a lo más tardar algunos días ya hubiese llegado a Londres estaba harto ya de tanto viaje. Y más de un viaje innecesario que no tendría porque hacer si me bella esposa, se hubiese limitado a cumplir con las obligaciones de dama que tiene.

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No cabía en mí el júbilo que sentía por la información que tan amablemente mi espía me había proporcionado.

—Así que mi primitiva estaba muy molesto por la travesura de su mujercita .—afirme con una sonrisa.

—Estaba que se lo llevaba el mismo demonio excelencia.—dijo el harapiento ejempleado.—tanto que enseguida ordenó que le prepárese un carruaje para irse a buscarla.

—¡que bueno!, ¡que bueno!—dije y asentí con la cabeza.—me complace mucho que las cosas le esté saliendo mal a mi querido primo.—recosté la espalda en la silla de mi escritorio y solté un relajante suspiro.—ojalá las cosas le salgan aún peor. Que mujer pierda a hijo o.—una idea brillante cruzó por mi mente.—o mejor que se mueran los tres.

—¿como dice excelencia?—preguntó confundido el mozo.

?Nada.?dije y le reste importancia con la mano. Abrí uno de los cajones de mi escritorio y tomando una pequeña funda de cuero, saque cinco monedas de oro y las coloque sobre el escritorio.?Toma tu paga

?gracias excelencia.?dijo el mozo.?usted siempre tan generoso. Y ya sabe cuente conmigo para lo que necesite.

?Lo se.?dije con una sonrisa.?ahora vete, vuelve  a la casa de mi primo y en cuanto a mi primo anuncie su llegada me avisa inmediatamente.

?por supuesto excelencia?hizo una reverencia?por supuesto.?finalizando se retiró.

En cuanto me encontré nuevamente a solas en mi despacho, me levante para servirme un brandy. Una sonrisa de satisfacción se formó en mi rostro. Tome un sorbo del líquido color ámbar y lo degusta con placer. Nuevamente me senté en silla de mi escritorio y medite los pro y los contra.

—no sería nada extraño que unos delincuentes asaltó un carruaje y asesine a los pasajeros.?toque la barbilla con el dedo índice y medite mi propio comentario.?no, no sería nada extraño un asalto por unos bandoleros que resulte en la trágica muerte de los condes de NewCastle.

Pagando una buena cantidad de dinero podía pagarles a unos bandoleros para que se decían de mi querido primo y su bella esposa de una manera efectiva y sin dejar rastro después de todo.  La delincuencia esta cada dia peor, los caminos estaban infestados de bandoleros y no era nada extraño un atraco.  Y con el conde muerto y sin un heredero varón el título y las propiedades pasarían a mis manos. Sí definitivamente era una idea brillante, me desahogo de mi primo y del futuro heredero al título.

?salud querida Lady Ariabella.?dije y solté una risita?gracias a su imprudencias y a que mi primo está tan enamorado de usted. Me a brindado la oportunidad perfecta para deshacerse de los dos.

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Varios días después…

Esto ultimos dias habia estado llenos de novedad, la primera era que Sir Harrison había hallado muerto, lo que fue una gran sorpresa para mi que esta me llego a por la mente que Gwendoline había provocado la muerte de su marido.  Pero rápidamente despache eso pensamientos en primer lugar porque segun se decia la salud del fallecido Sir pasar Harrison había menguado demasiado desde el evento sucedido en mi boda.  El escándalo y deshonor había sido un peso demasiado grande para el que había terminado por debilitar su corazón esta llevarlo a la muerte. Y en segundo lugar ¿qué motivo podría tener Gwendoline para asesinar a su marido?  la verdad es que si Gwendoline era responsable o no de la muerte de su marido eso únicamente lo sabrían Dios y ella.  Lo único concreto en esta historia era que posiblemente Joanna se haya convertido en una joven muy rica, ya que aunque los Harrison carecían de un título el dinero no le faltaba. Claro eso sí su padre no hubiese cambiado su testamento despojandola de todo por lo sucedido.

Yo no pude asistir al velorio ni al entierro debido a que el médico me había ordenado reposo. Pero Genevieve, Rowenna y mi padre asistieron. Y por lo que me había comentado Genevieve hubieron varias murmuraciones porque Joanna no había asistido ni al velorio ni al entierro y Gwendoline se había ausentado por varias horas del velorio con la excusa de que se sentía mal, una excusa muy vana porque toda la sociedad sabía que ella no le tenía ni la menor estima a su difunto marido.

La otra novedad era que Lady Ruddiffer se había enterado de mi embarazo y estaba mas que maravillada con la noticia, y no era la única tambien mi suegra gracias a las casualidades de la vida había viajado a Londres para asistir a una función de su compañía de ópera favorita y se había enterado de mi estado, ambas también estaba hartando de que Christopher no sabía que estaba embarazada. Les había extrañado claro pero en cuanto les explique que el médico me lo había confirmado al día siguiente de que este se hubiese marchado a su expedición de cacería comprendieron. No le había comentado el verdadero motivo de mi regreso a Londres aunque Lady Ruddiffer estaba al tanto de todo, pero afortunadamente no había hecho ningún comentario al resto.  

Estaba cansada de estar acostada en esta cama, quería salir ver gente, tomar aire, caminar. No me gusta estar encerrada en mi habitación me sentía prisionera, además ya me sentía mejor y el médico lo había dicho. No comprendía la necedad de mi  nana, mi padre mi suegra y la de mi mejor amiga de querer mantenerme aquí o ¿es que acaso pretendía mantenerme encerrada a piedra y lodo  los próximos seis meses de embarazo que me faltaban? No, y si es lo que tenía pensado lamentablemente no les daría ese gusto estaba embarazada sí y debía guardar reposo si. Pero no me quedaría enclaustrada en mi habitación como si estuviera en un convento porque eso sería lo mismo que enloquecer de aburrimiento.  

Me coloque la bata de dormir y con sumo cuidado me levanté de la cama, ya no sentía ninguna punzada dolor en el vientre y mis náuseas había disminuido favorablemente solo las tenia debes en cuanto. Camine hacia el tocador y me horrorice al ver mi aspecto, mi cabellera rubia pálida estaba peinada en una trenza al costado desordenada. Mi rostro se veía más pálido por la falta de luz, y tenía bajo mis ojos unas enormes ojeras que parecían de lechuza. Con razon no me dejaban salir de la cama sin ayuda teniendo este aspecto tan frágil, deprimente y enfermizo que tenía.  Pero eso sería esta hoy. Me solté la trenza, y comencé a desenredar los nudos de mi cabello de abajo hacia arriba empezando por las puntas.  Aprovechando que había agua en el cuarto de baño para asearme y poder arreglarme un poco. Me di un rápido baño pero con esencias de sales de madreselva, violeta, zarzamora, flores, almizcle, sándalo y vainilla. Me sequé y busqué entre mis vestidos un cómodo ya no me hacía falta el corset y daba gracias a Dios por ello. Odiaba usar ese instrumento de tortura. Tome un vestido  sencillo de manga larga color lila claro que tenia borde de encaje blanco, recogí mi cabello en con algunas orquídeas y para evitar que se me escapase algunos mechones me coloque una diadema dorada.

Mientras me arreglaba unos golpes seco se escucharon detrás de la puerta.

?Adelante.?dije mientras me arreglaba frente al espejo. La puerta se abrió

?Válgame Dios ¿qué haces levantada de la cama??me preguntó mi nana, puse los ojos en blanco altonar su espanto.?el medico te dijo…

?Ya me siento bien?la interrumpí antes de que comenzara con su sermón de siempre?Y tampoco puede pretender que me quede encerrada los próximos meses que me falta de embarazo.?dije con firmeza y me gire para encararla.?además quiero salir, ver gente respirar aire puro me siento prisionera en esta cuatro paredes.

?pero niña….

?Voy a salir solamente al jardín?dije?además no te estoy pidiendo permiso por si lo olvides Inés Gertrudis. Y si acaso se te olvida ya no soy una niña.?le señale?estoy bastante grandecita, estoy bien casada y aunque todavía lo pongas en duda yo se lo que hago.?le dije y sonreí con inocencia.

?¡Uy! nunca dejará de ser un pequeño demonio?negó con la cabeza?y además, necia, terca, testaruda, arrebatada y voluntariosa como ninguna?puse los ojos en blanco al escucharla?tu mi niña me terminas sacando canas.

?¿más de las que tienes nana??pregunté sin poder evitar que una que sonrisa se dibujóse en mi rostro.

?¡Ariabella Elizabeth Johansson Mason!?dijo sería?más respecto jovencita, aunque este de encargo y bien casada como dice aun puedo darte unas buenas nalgadas como cuando eras niña.?no pude evitar reírme por la amenaza de mi nana, aunque sí debía admitir que aquellas nalgadas que me dio de niña si que dolieron bastante, pero luego pedia perdon por haberme golpeado y me hace prometerle que no me volvería a portal mal si me daba una manzana acaramelada.

?Esta bien?dije riendo levante las manos en señal de paz.?está bien, nana si me porto bien me das una manzana acaramelada.?sonreír con inocencia poniéndome mi más dulce y angelical rostro. Pero al escucharme mi nana abrió los ojos como plato y yo no pude evitar soltar una sonora carcajada.

?¡Uy criatura descarriada!?refunfuño y yo riendome fui y la abrace fuertemente.

?Nana por favor no me regañe más.?pedí y le di un beso en la mejilla.?me siento muy triste por todo lo que está sucediendo. Mi padre no me dirige la palabra hace ya varios días y aunque Genevieve está aquí y me hace compañía pero se que pronto tendrá que regresar a su casa en Wolverhampton?solté un suspiro nostálgico, ya me había acostumbrado a la compañía frecuente de mi mejor amiga y me haría mucha falta cuando tuviera que volver a su casa.?Además nana, estoy muy nerviosa me hace falta Christopher pero no se como valla a reaccionar cuando sepa que no me encuentro en nuestra casa y de paso lea la nota de mi padre.

?Es nunca debiste abandonar la casa de tu marido?me repitió nuevamente?cometiste una falta muy grave mi niña

?nana ya les explique?dije ya cansada del mismo tema?no podía quedarme indiferente después de conocer las inmundicias que había cometido Benjamin.?repetí nuevamente?¿porque nadie me comprende?

?Todos estamos deacuerdo que Benjamin es un canalla sin escrúpulos ni moral u honor?dijo seria?pero en lo que no podemos congeniar es que hayas ello las cosas de manera tan impulsivas y arrebatadas. Ariabella mi niña pusiste en riesgo la vida de niña Genevieve, Charlotte, la tuya y la de tu bebé.?eso último me hizo sentir muy mal, yo jamás hubiese querido poner en peligro la vida de nadie y mucho menos la de mi propio bebé solo quería hacer justicia para Joanna.

?Nana?mi voz se quebró y las lágrimas amenazaban con salir nuevamente?todo lo que hice lo hice porque creí que era lo correcto.

?entiendo mi niña.?dijo mientras me envolvía en sus brazos y me confortaba.?pero en el futuro no sea tan arrebatada e impulsiva. Y por sobre todas las cosas no hagas cosas buenas que los ojos de sociedad sean mala.

Asentí con la cabeza recostada en su pecho. Y mientras me deje confortar por los brazos de la mujer que aunque no me haya dado la vida siempre ha estado presente en los momentos más duro de mi vida y a la cual quería como a una madre. Necesitaba de su consuelo y apoyo ya que el de mi padre no lo tenía y eso me dolía. Me dolía mucho porque nunca había estado disgustada con el. Unos leves golpes se escucharon tras la puerta reventando la burbuja de armonía que se había creado a mi alrededor. Me separe de mi nana y por si acaso algunas lágrimas traicioneras sin darme cuenta se había escapado de mis ojos, pasé el dorso de mi mano por mis mejillas para eliminar rastro de esta y solo rogaba no tener los ojos rojos ni lloroso.

?Adelante.?pronuncie

La puerta se abrió y por ella entraron Lady Van Ewe la condesa viuda de NewCastle, Lady Ruddiffer, Genevieve y Lotty.  Mi suegra como siempre viéndose como siempre elegante y refinada vestida con un elegante vestido color azul roya con encaje dorado, su cabello estaba recogido en alto. Lady Ruddiffer como suele ser su personalidad de dama expectrica y alegre llevaba puesto un sencillo pero elegante vestido color verde manzana y el recogido en también, Genevieve usaba un lindo vestido de muselina color rosa y su cabello estaba semi recogido. Y finalmente Lotty usaba un vestido vestido color rosa pastel.

?válgame  Dios criatura?dijo Lady Ruddiffer viéndome con una expresión de asombro.?pero si está demasiado delgada. ¿te has alimentado como es debido??me pregunto con el ceño fruncido.

?sí milady?le dije sonriéndole, definitivamente Lady Ruddiffer nunca cambiaría.

?es que querida para el tiempo que tienes de preñez, no tienes nada de barriga.?dijo y luego sonrió con un gesto de mano dijo?eso significa que eres de la jóvenes que se les comienza a notar el embarazo casi al final. Y eso provocará la envidia de todas las mujeres de Londres. Porque sera la condesa embarazada más hermosa y por supuesto la mujer vestida querida.?dijo me regalo una sonrisa cómplice.

?¿Porque dice eso??pregunte el ceño fruncido con curiosidad y algo de temor a la misma vez

?Porque nos vamos de compras?chillo Lady Ruddiffer con entusiasmo y vi como mi suegra ponía los ojos enblanco.

?No sea tan escandalosa Elena?dijo mi suegra.

?Christine?dijo de forma de fastidio.?moleste y alegra de que vas hacer una abuela joven, que no muchas tiene esa suerte.?tuve que taparme la boca con la mano, para evitar estallar en carcajada.?Ahora nos vamos de comprar porque tenemos mucho que hacer.

?Lady Ruddiffer.?dije haciendo un esfuerzo monumental para no reírme por su comentario anterior?no veo la necesidad de ir de compras.

?Claro que sí querida hay que comprar telas para hacer pañales, una cuna para el bebe, comprar tela para tus vestidos, zapatos, guantes, sombreros en fin.?dijo con gesto de mano.?además ya saque una cita con modista y no hay discusión que valga nos vamos todas de tiendas y esto todo.

Por la firmeza en su voz y los rostros resignados de mi suegra y mis amigas me daba cuenta que llevarle la contraria a Lady Ruddiffer sería tarea imposible. Era una mujer muy simpatica, extrovertida, glamorosa y excéntrica y aunque antes no me caía nada bien porque pensaba que pertenecía al grupo de urracas amargadas del que era parte la bruja de Rowenna. Ahora me parecía verla tal cual era una persona amable, simpática que trata de llevarse bien con todos y que no le importar si la gente piensa que demasiado excéntrica para su edad.   

?bueno.?me encogí ligeramente de hombros.?mi deseo era salir, esta cuatro paredes y usted lo ha hecho realidad Lady Ruddiffer.?le sonreí y dije.?vayamos de compras.

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Estaba hecho una piltrafa, me dolía todo el cuerpo, pues no había dormido bien varios días. El cochero había obedecido mi orden y no se había detenido esta llegar a Londres y por fin hoy habíamos llegado. Ya me encontraba en la ciudad y pronto llegaría a mi residencia y solo esperaba que mi mujer estuviese allí y no en casa de su padre pero aunque así fuese necesitaba darme un baño, estira los músculo ya doloridos por el viaje.

Llegue a la casa y rápidamente me había informado que efectivamente mi esposa si había estado allí pero que luego mandaron por su cosas y las trasladaron a casa de su padre porque había se había sentido mal. Y ahora sí estaba que me lleva el demonio. Se iba enfermado y todo por tanta insensatez y terquedad.  ordene que me que parece el baño inmediatamente no me importaba si el agua estaba fría o caliente solo quería salir rápidamente a buscar a mi mujer.  Me di un baño prácticamente de gato, me vesti de igual manera rápido no me importaba si estaba desalineado o no solo quería ir por mi esposa. Salí por la puerta en lugar de tomar nuevamente el carruaje que tardaria demasiado decidí que sería mucho mejor montar a caballo. Ensille yo mismo el animal y una vez estuvo listo sali a todo galope hacia la casa del almirante.

No afortunadamente la temporada social había terminado y los caminos no estaban abarrotados de tantos carruaje, aunque había unos cuanto después de todo Londres se había convertido en toda una ciudad. Llena de tiendas y lujos para los de la clase alta pero también pestilente y árida para los pobres que vivían allí. Aun así no tarde mas de media hora en llegar a la casa del almirante Johansson que está aunque se encuentra en londres afortunadamente no estaba en el centro de la ciudad sino más alejada en la afuera al norte.

Entre al terreno donde se hallaba la mansión de mi suegro,baje del caballo y le entregue las riendas a un empleado que se encontraba en el recibidor. Toque la puerta y un hombre mayor  el mayordomo si mal no recuerdo me abrió la puerta.

?Buenas tardes Lord Van Ewe.?me saludo el hombre de manera formal y correcta.

?Buenas tardes.?salude a regañadientes, no estaba de humor formalidades pero desde mi posición de caballero debía continuar respetando las reglas de urbanidad, que correspondian a mi posición.?He venido por mi esposa ¿donde se encuentra??pregunte directamente y sin rodeos.

?Lady Ariabella con se encuentran en este momento milord?informó el mayordomo.

?¿Como que no está??pregunte exaltado. Si no estaba allí ¿dónde demonios se había metido?

?Lady Ariabella salí de compras en compañía de Lady Ruddiffer, Lady Knighthood, la señorita Charlotte y entiendo que con su señora madre milord.

El ojo se me había quedado cuadriculado por la nueva información recibida de mi esposa.¿De compras? pero no se suponía que todo esto se debía a que había venido a supuestamente a ayudar a la señorita Harrison. ¿entonces porque demonios Ariabella estaba de compras? Definitivamente no entendía nada. Además no se suponía que Ariabella estaba ¿enferma? ¿que demonio hacía de compras?. Tuve inhalar profundamente para contener mi cólera que ya hacía varios días venía conteniendo

?¿mi suegro se encuentra??pregunte al mayordomo.

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Poco nos había faltado por vaciar las tiendas, al parecer a Lady Ruddiffer le encantaba gastar el dinero a manos llenas. Y mi suegra no se le quedaba atrás a Genevieve, a Lotty y a mi nos había colmado de regalos. Desde vestidos, encajes para mi bebe de colores blancos, azules y rosas, zapatos, golosinas, perfumes, guantes, sombreros, paraguas, incluso joyas. Porque había a Genevieve le regalaron un brazalete de oro, esmeraldas y diamantes, a Lotty unos delicados pendientes de diamante. Y a mi un hermoso y costos collar de diamantes, junto con una peineta de plata con incrustaciones de zafiro y diamantes también.

Pero por después de casi tres horas estábamos de vuelta en casa de mi padre. Yo estaba agotada por mi parte moría de ganas de tomar un siesta de por lo menos cuatro horas. Ultimamente tenia mucho sueño, mi suegra me había dicho que era normal que ella cuando estuvo embarazada de Christopher se cansaba muy rápido y dormía mucho también y eso aparte me tranquilizo. Fue realmente agradable pasar una tarde con mi suegra había visto en ella una faceta distinta a la que había tenido hace meses atras.

?Lady Ruddiffer no debió gastar tanto en mi.?dije?además usted compró gran parte de las cosas que utilizare cuando nazca mi bebe.

?nada de eso querida es mi gusto?dijo sonriendome?y para mi fue un placer, además para que es el dinero sino para gastarlo.

Todas soltamos una carcajada, era un comentario un tanto frívolo pero que se iba hacer. Si naciste en la abundancia y puedes darte el lujo de despilfarrar a manos llenas pues no te pones a llorar por el dinero. Entramos a la casa, las otras damas iban a tomar un té y chocolate en el salon, yo me había excusa porque de verdad estaba cansada.

Un silencio se creo y yo antes de subir a las escalera arriba sentí la necesidad de voltearme, senti que habia los ojos del mundo estaba puesto en mi persona, con lentitud me gire y sentí como el alma se escapa de mi cuerpo al ver la figura de un hombre joven, guapo,alto, esbelto pero fornido a la vez, cabello castaño oscuro, de sonrisa encantadora y unos ojos color azul marino oscuro tan profundo que daba la sensación de que te sumergían en esta el fondo del profundo mar.

?Ariabella.?me llamó y su voz hizo que se me erizase la piel de miedo como de alegría. Con paso lento pero seguro fue acercándose a mi. Con su voz inquietamente calmada dijo?Tienes muchas cosas que explicar que darme.