“Soy humano y todo me pasa, por eso siempre yo loco seré, y cada día más loco estaré”.
[Foto por Itzamari Morales, Licencia CC, algunos derechos reservados].
Hay artistas (cantantes), que por la intensidad de sus vidas terrenales, se convierten en grandes personajes. Dejándonos grandes enseñanzas a nivel espiritual. Sin lugar a dudas, la vida de Héctor Lavoe ha sido una de estas.
Según el salsero Domingo Quiñones, “mientras más Héctor crecía como artista, más iba hundiéndose como ser humano” y según Rubén Blades, “él nunca llego a comprender el grado de afecto que le tenían todos y lo que representaba para tanta gente”.
Lavoe, también conocido como El Chico Malo de la Salsa, nació en Ponce Puerto Rico y era parte de una humilde familia. Como la gran mayoría de las personas exitosas, Hector fue rebelde y quiso romper con la tradición músical implantada por su padre. Así que se afilia a lo que es la música jíbara y popular, dejándose inspirar por Chuito el de Bayamón y otros exponentes de este estilo musical. Héctor, tenía como meta los escenarios de New York y la fama, y a todo eso llegó. En cambio, no supo sobrellevar ninguna de las dos. Fue utilizado por muchos y al final de sus dramáticos días, abandonado. Fue un ente solitario, que supo alegrar a muchos pero no supo ser feliz él.
“Y nadie pregunta, si sufro si lloro, si tengo una pena que hiere muy hondo”, frase profunda, ¿no? Héctor nos dejó mucho para reflexionar. Por gracia de Dios (en quien creía fielmente y a quien no dejó de mencionar en canciones), tenía el don de la “jocosidad” lo cual le ayudó a disimular toda la tragedia que vivía y hasta su gran problema de inpuntualidad. Estudiemos su vida, se puede reumir en un “toma y dame”. Hoy te ganas este premio, pero mañana tendrás una pérdida”, así durante todo su trayecto desde que conoció la fama y todo lo que con ella llega.
Fue una vida muy intensa, ha sido muy grande el legado que nos dejó El Cantante de los Cantantes y una vez más me queda claro que la historia es exquisita y nos hace comprender mejor nuestro presente.
Es tanto lo que podría expresar acerca del intenso trayecto de Héctor, en cambio a continuación les regalo un excelente y completo documental de la vida del Cantante de los Cantantes, Hector Lavoe, y recuerden “¡Yo no soy quien llega tarde, ustedes llegan muy temprano!”
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