La Rumba
En la Niebla una fogata se ve, en la playa estoy enterrando
Mis pies. Al ritmo del sic? y un holandé mis extremidades a mi mente no
Quieren obedecer. La brisa del mar azota mi piel como mano fuerte
A un barril de bomba en pleno amanecer. Olvidando el estrés este
Verano pase, desde Luquillo hasta Mayagüez yo parrandee.
Con la rumba de mi gente y guitarra en mano anduve gozando de
la vida, como gitano, en las costas de mi isla. Aguadilla se convirtió en
mi paraíso, mi edén. En el pueblo del eterno verano, el roce de
nuestros cuerpos llego hasta lo más profundo de mi ser.
De una sirena con cara de ángel me enamore. Besos y sal revistieron toda
Mi piel ¡Dentro de mis regazos mejor emoción no pude sostener! Como la
rumba de San Antón fueron nuestros besos y regresando a la selva
de la realidad me adentren en el diario vivir y todo quedo como un
sueño del cual nunca quisiera volver.