Pensar que hace once años, mientras cursaba segundo grado, ocurrió unos de los eventos mas impactantes a nivel mundial del siglo XXI“El atentado del 11 de Septiembre de 2001″. Apenas tenia siete años de edad, todavía no dominaba escribir cursivo y se me hacia tan complicado multiplicar la tabla del nueve, imagínense lo que fue entender y aceptar este suceso. Recuerdo que lo primero que mi hermano me comentó al respecto de lo sucedido, fue que el esposo de mi maestra de Estudios Sociales trabajaba en unas de las torres y por ende, era posible que la Mrs. se quedara viuda. La palabra “viuda” inmediatamente la asocie con “muda” y lo primero que pensé fue: “Si al fallecer su esposo, esto provocaría quedarse muda, supongo que no podría hablar por el resto de su vida”. Mientras muchos adultos no durmieron por pensar en el atentado, yo no dormí por pensar en como la maestra iba a dar clases si no volvería hablar. Mi curiosidad era tan grande que deseaba tanto que amaneciera para poder investigar  y aclarar muchas dudas que tenia al respecto. Obviamente, al dia siguiente descubrí que esto no era cierto (ya que la maestra hablo mas de lo acostumbrado), y de paso entendí el concepto de “viuda”. La maestra discutió algunos puntos de lo sucedido y al a entender un poco mas, empecé a reflexionar lo cual muchas imágenes tristes empezaron a rondar por mi cabeza y también fue llenándose de ideas y ocurrencias. Durante el almuerzo, el tema principal por supuesto era de “World Trade Center”, aviones, personas lanzándose desde arriba etc… Al ocurrir este atendado, según el punto de vista de un estudiante de siete años, es que esto iba a provocar una guerra que todos los del sexo masculino, mayores de dieciocho años, obligatoriamente tendrían que asistir. Solo pensar que mi papa iba arriesgar su vida y que lo podía perder para siempre, ahí sí empecé a tomar este asunto enserio. Menos mal que mi imaginación era bastante amplia como para planificar un plan de escape. Lo cual la alcantarilla de alfrente de mi casa se convirtió en la opción mas efectiva para resolver este problema. Para mi entender, ese seria el escondite perfecto para ese entonces. ??Ha pasado ya once años y el recuerdo sigue presente como si hubiera sucedido ayer.
El motivo de contar estas anécdotas, a demás de recordar este suceso, es como la mentalidad de un niño a diferencia de un adulto maneja situaciones como estas. A pesar de todo, considero que fui afortunada a que esto pasara cuando todavía no tenia la capacidad de entender lo que realmente estaba sucediendo. Afortunada en el sentido que fui entiendo poco a poco. A esa edad solo lo veía como un evento triste pero que unió a todos mis vecinos para ver el mismo canal, que inmediatamente mencionaron guerra, pensé en proteger a mi familia. Hoy lo veo como un atentado terrorista donde murieron muchas personas y que actualmente siguen muriendo por enfermedades causadas y por una guerra que continúa enfrentandose a un enemigo invisible. Razones como estas son las que nuevamente desearía tener siete años de edad y no tener que entender muchas cosas.