El cuidado de lo invisible es una charla TED (Tecnología, Entretenimiento y Diseño) realizada en el municipio de Valladolid, España, en septiembre del 2015, protagonizada por el médico especialista en Medicina Intensiva Gabriel Heras, creador e impulsor del proyecto HU-CI (Humanizando los Cuidados Intensivos). Su iniciativa propone un nuevo enfoque en el tratamiento de los pacientes críticos prestando especial atención al impacto emocional de la situación para ellos y sus familiares, humanizando el trato al paciente, poniendo atención en cómo lo hacemos sentir y las consecuencias para la recuperación o asimilación de su condición.

El cuidado de lo invisible gira en torno a la importancia de atender como profesionales aquello que solemos descuidar mientras hacemos nuestro trabajo y nos enfocamos tanto en la parte científica y técnica: el impacto emocional en las 3 partes, los profesionales de la sanidad implicados, el paciente y la familia.

Gabriel nos pone en contexto en el ambiente de unidad de cuidados intensivos, primero haciéndonos caer en la cuenta de que todos pasaremos por eso en algún momento de nuestras vidas, preparándonos para que logremos abstraernos y empatizar, nos muestra imágenes, para describir luego lo que experimenta el paciente y su familia mientras atraviesan por esta delicada situación. Trasmite la importancia de interactuar con el paciente, tratarlo como el ser humano que es, no temer involucrarnos emocionalmente, de hecho, insiste en la importancia de hacerlo para no descuidar nuestra humanidad y poder brindar un servicio de excelencia, dejando un impacto positivo en cada persona con la que nos relacionamos en nuestra vida profesional. Gabriel demuestra esto citando ejemplos, es sumamente conmovedor escuchar las palabras de Kathy Torpie, la paciente de Nueva Zelanda, uno de los ejemplos que cita: “Pero nunca vinieron ni tuvieron en cuenta mi herida emocional, excepto un enfermero especial. Se inclinaba sobre mi cara y ponía la mano en el hombro y me llamaba por mi nombre y después me contaba lo que iba a hacer ese día… y luego hizo lo que ninguna persona en las tres semanas que estuve en Cuidados Intensivos. Me hablo como un ser humano. Hablaba de las cosas cotidianas del día a día… Las personas piensan que si conectan con el paciente eso les llevará más tiempo. Él no necesitó ese tiempo extra. Ahora, 20 años después, lo recuerdo, cuento la historia de este enfermero y cuanto significó sentir su mano para mí. Cada cosa me recordaba que yo era más que un cuerpo roto”.

Heras nos hace entender que no somos perfectos y en la práctica nos quedamos por debajo de nuestras expectativas, es natural. No podemos salvar todas las vidas. Es imprescindible entonces hacer todo lo que está a nuestro alcance, permitirnos ser vulnerables, sentir, empatizar con el paciente para brindarles ese apoyo que tanto necesitan y solemos descuidar. Así ayudar a lidiar con el sufrimiento que viene implícito, en favor de la recuperación tanto física como emocional del paciente, o de mitigar su sufrimiento en los que podrían ser sus últimos instantes de vida. Permitir también a la familia ser partícipe del proceso, dentro de lo posible, y brindarles todo nuestro apoyo. Eso nos ayudará a sentirnos más conformes y contribuirá en favor de nuestra capacidad para afrontar, sin quebrarnos, las complejas situaciones que comúnmente enfrentamos los trabajadores de la sanidad.