Rutina abandonada…

Pareció que fue ayer cuando, entre el tumulto universitario, llegó a mis oídos la noticia de que se desarrolló el coronavirus en China. Recuerdo que comenzaron a surgir especulaciones acerca de la enfermedad. Mientras unes decían que había sido por un murciélago, otres comentaban que el virus había sido creado por humanos. Yo no sabía qué creer, solo sabía que una enfermedad acababa de comenzar. Y no imaginé que llegaría tan pronto a Puerto Rico.

Llegó un crucero y, supuestamente, en él se transportó el coronavirus. Qué cosa, hasta un virus viaja más que yo. Ajá, ese no es el punto (aunque es demasiado cierto). Pues, según unas cuantas personas expertas en medicina, el COVID-19 llegó en un barco que se detuvo en San Juan. Una de las pasajeras era una italiana contagiada que, al paso de los días, falleció y se registró como la primera muerte por coronavirus en la isla. Sin embargo, El Nuevo Día, el pasado lunes 27 de abril, notificó que la extranjera no fue la primera persona en morir a causa del virus.

Así como llegó a Puerto Rico, también se regó internacionalmente. Como consecuencia, muchos países, tanto en América como en Europa, cerraron sus fronteras. Sin el flujo constante de gente y con el encierro que todes estamos enfrentando, la rutina desapareció. Ya no se puede salir de noche, muches perdieron su trabajo y quienes no están trabajando desde la casa, el turismo se vino abajo, los cines ya no ofrecen estrenos… Y en esas nos encontramos.

Yo no siento el impacto que la pandemia le ha causado a quienes viven bajo pobreza. Tengo la dicha de, como estudiante, poder seguir mis clases y terminar mi semestre sn intervenciones porque mi vida sigue siendo la misma, solo que ahora salgo exclusivamente a los alrededores de mi casa. Sin embargo, hay quienes no cuentan con estabilidad emocional ni económica. Lo peor de la situación es que una lleva a la otra porque cuando alguien tiene una familia a la cual no puede alimentar porque su economía está quebrada llega la inestabilidad emocional por la impotencia que causa el sufrimiento.

No estoy de acuerdo con como se está manejando la pandemia. Son muchas las personas que viven de sueldo en sueldo, por lo que no pueden ahorrar ni en lo más mínimo. Por eso, el gobierno debe buscar soluciones inmediatas para cubrir la necesidad nacional de hambre y de suplementos de primera necesidad. No sé cómo la estén pasando en otros países, pero espero que sea mejor que aquí. Y si no es mejor, pido por el bienestar colectivo.