Maestro, político, periodista distinguido y abogado ferviente de la abolición de la esclavitud en Puerto Rico. Fue diputado de las Cortes españolas por el Partido Liberal Reformista. También, se destacó por sus ideales antiesclavistas. Dejó un importante legado a la historiografía puertorriqueña con sus trabajos de investigación histórica. Se desempeñó como maestro en varias escuelas en San Juan. Durante su estadía en Madrid, junto con Román Baldorioty de Castro y Alejandro Tapia; formó parte de la Sociedad Recolectora de Documentos Históricos de Puerto Rico, grupo de jóvenes puertorriqueños que se dedicaron a buscar en los archivos españoles documentos relacionados a la Isla. Al regresar a Puerto Rico en 1853, se desempeñó como educador en varias instituciones. En 1866, laboró como comisionado de la Junta de Información, junto a Segundo Ruiz Belvis y Francisco Mariano Quiñones, la cual fue creada por real decreto para discutir los problemas políticos y socioeconómicos de la Isla. Entre los informes que presentó como comisionado de este organismo, junto con los demás liberales, se encuentra el Informe sobre la abolición de la esclavitud de Puerto Rico. Debido a sus ideas liberales y tras el Grito de Lares, fue encarcelado en 1868. En 1870, fue uno de los organizadores del Partido Liberal Reformista, el cual aspiraba a que se implementaran reformas en la Isla. Fue fundador y editor del periodico El Progreso. En 1871 y luego en 1879 ocupó el puesto de Diputado a Cortes. En 1873, presenció sus sueños hacerse realidad al aprobarse la abolición de la esclavitud en Puerto Rico. Ese mismo año, durante la breve Primera República Española, dirigió el nuevo Instituto Civil de Segunda Enseñanza en San Juan. Al caer la República en 1874, el Instituto cerró por considerarse demasiado liberal, pero reabrió en 1882. Fue uno de los colaboradores del segundo Aguinaldo puertorriqueño en 1846. A partir de la década de 1850, cultivó el ensayo de crítica literaria sobre la obra de escritores como Miguel de Cervantes, Víctor Hugo, Alejandro Tapia, Rivera, entre otros. En cuanto a su obra historiográfica se destacan su aportación a la Biblioteca histórica de Puerto Rico en 1854, publicada por Alejandro Tapia y Rivera, la cual reunía las investigaciones realizadas por los jóvenes puertorriqueños que formaron parte de la Sociedad Recolectora de Documentos Históricos, a la cual perteneció. Además, en 1866, publicó una nueva edición de la Historia geográfica, civil y natural de Puerto Rico de Fray íñigo Abbad y Lasierra. Incluyó notas y comentarios al texto, rectificó errores y amplió la historia hasta la década de 1870. Debido a la ardua labor investigadora que realizó en esta edición, la Real Academia Española de la Historia lo incorporó como socio de la misma. Otras de sus obras historiográficas incluyen Los partidos políticos (trabajo histórico-político) (1870), Publicó, además, una gran cantidad de escritos de temas variados entre los que figuran Horas de prisión (escrito tras su encarcelamiento en 1868), El brigadier don Luis Padial y Viczarrondo (1879), Conferencias pronunciadas en el Ateneo de Puerto Rico sobre “la marcha progresiva de la humanidad en el conocimiento de la superficie terrestre” (1879) y Alejandro Farnasio y su tiempo (1887).

En resumen, escogí a José Julian Acosta por ser una persona luchadora, persistente y versátil; las características antes mencionadas deben ser empleadas por los periodistas de hoy en día.

Fuentes: https://enciclopediapr.org/encyclopedia/acosta-jose-julian/