¡Ay gitana del alma mía!

¡Cuánta falta me haces!

Esas aventuras, esos sueños

Esas sonrisas, esos deseos.

Cuanto anhelo por tenerte cerca de mi.

¡Ay gitana del alma mía!

Sin tí, no tengo rumbo.

Perdida, le doy vueltas al mundo

que no tiene sentido

si no estás aquí conmigo.

¡Ay gitana del alma mía!

Mi confidente, mi tumba,

mi heroína triunfal.

Cuanto me alegro que estés feliz.

Con una mujer que te merece.

Que te hace tuya como si no hubiese mañana.

Que te protege cada minuto en la semana.

¡Ay gitana del alma mía!

 

Regocijo por el día

que viajemos juntas

por tierras lejanas y mares infinitos.

Que bailemos, que bebamos,

que ríamos y lloremos al compás del tambor.

Al son de la rumba,

que nos menea y nos hace sentir vivas.

Aquel que nos hace sentir poderosas.

Aquel que nos define como mujer.

¡Ay gitana del alma mía!

Espíritu nómada que te puso en mi camino.

Nunca te alejes de mi.

Eres el color de mis días

y prefiero estar ciega

que vivir en un mundo gris

sin tu presencia en mi diario vivir.

Con mucho amor,

– C.

(Imagen por Brooke Cagle de Unsplash, Licencia: Creative Commons)