Una terrible historia que siempre permanecera en nosotros…. algo que nuestros futuros hijos van a estudiar y nos entrevistarán para una presentación en el salón. De la noche a la mañana esta terrible “tormenta” se convierte en el huracán más potente de la historia. Ya nos habíamos preparado para Irma pero esta de desvió y le dimos gracias a Dios. Pero de esta si que no nos salvamos. Esta si pasó y no había manera de salir de ella. Septiembre 20, una fecha que nunca olvidaremos nosotros los puertorriqueños. Al pasar aquella terrible noche, pensando que todo se caía en cantos y pronto mi casa al igual se iba a ir volando, a oscuras con la familia, ni jugar se podía, aquel sonido que no había forma de no escucharlo, se escuchaba como nuestra isla se iba derrumbando. Cuando al fin todo pasò, que pareció haber sido días, salí de mi hogar para visitar a la familia, lo ùnico que me salían eran lagrimas, jamás había visto a mi Isla del Encanto tan destruída, mi corazón a mil millas latía, no podía creer como todo se veía. Los días se hacían eternos, sin luz, sin agua con tapón, gasolineras llenas, noticias terribles y muy pocas ayudas. Las cosas más simples: como un vaso de agua con Hilo valía como oro y sin duda nos arreglaba el resto del día. Busque maneras para despejar la mente: así que leí, leí hasta más no poder y si hay algo que tengo por seguro es que aprendí. Aprendí a apreciar a las personas que me rodean, me di cuenta de todo lo que tenía y cuanto valía, que es seguro que debía ser más agradecida, de coger las cosas con calma y que nosotros los puertorriqueños jamás nos rendimos. #PUERTORICOSELEVANTA