En su significado coloquial, se define “gente”como una expresión calificativa, persona o conjunto de personas que se caracterizan por sus buenas maneras. En muchos casos, dejamos de ser gente cuando nosotros, como individuos, no reconocemos quienes somos, no aceptamos la importancia de aquel que supone ser hermano de vida, olvidamos nuestros valores para seguir la vida vulgar del mundo, e incluso, no sabemos que camino seguir en nuestra propia existencia. Encerrados en la apreciación gigantesca de un mundo exterior, nuestras propias metas quedan inalcanzables ante la avalancha de mundo que vemos a lo lejos (como si fuese lo mas grande) y nuestras propias vidas quedan tan despreciadas por nosotros mismos que decidimos vivir sin contemplar el termino vida. Puede parecer fuerte mis palabras, pero en mi trabajo diario con jóvenes y personas de la iglesia, me doy cuenta de la falta de la magia en sus vidas. Comencemos a cambiar nuestro mundo (nosotros mismos, nuestra casa, familia, trabajo, escuela, iglesia, etc) paso a paso. Aprendamos a utilizar lo que por gracia de Dios hoy día poseemos, el mejor de los poderes: nuestra vida y nuestra capacidad de cambiar la vida de otro. Comencemos a llamarnos gente de bien, gente de pueblo, gente de paz, gente de Dios y dejemos de ser tibios y a mitad de quienes somos. Dios me los bendiga siempre.