Avatar es la octava película del director, productor y guionista James Cameron, que le tardó cinco años en desarrollar, pero vio el esfuerzo compensado al convertirla en la más taquillera en la historia del cine (2,788 millones de dólares), desbancando en 2009 a su también producción Titanic.

La película representó un avance importante en la cinematografía al desarrollar una tecnología propia que llevó la técnica de la animación y el 3D un escalón más alto. Tres años más tarde se confirmaría que Avatar sería una saga con cuatro secuelas más que se rodarían simultáneamente.

En un encuentro reciente en la Sociedad de Ingenieros de Cine y Televisión, el cineasta expresó que espera lograr que los espectadores puedan ver sino todas, algunas de las secuelas en formato 3D pero sin tener que usar gafas.

James Cameron dijo: “Estoy avanzando. No solo para mejorar las herramientas, los procesos, la captura de alto rango dinámico (HDR) y los equipos de alta definición (HFR), sino que aún soy muy optimista con el 3D, pero necesitamos más brillo en la proyección y, a larga, pienso que podemos lograrlo sin tener que usar gafas”.

Con esta gran noticia Cameron estaría resolviendo dos de los aspectos por los que la tercera dimensión no termina de cautivar a todo su público: por un lado, a algunos les cansa tener que usar gafas y por el otro, ya dicho por el director, la falta de buen brillo en la imagen.

El tema del 3D sin gafas no es desconocido para los más conocedores del tema y los aficionados a los videojuegos, pues un año después del lanzamiento de la película, la consola portátil de Nintendo 3DS ofrecía una pantalla capaz de representar gráficos en 3D sin usar gafas especiales, aunque representó ciertos desafíos para los usuarios al tener que tener una postura específica para evitar distorsiones e incluso mareos, lo que ha resultado agotador para muchos. De hecho, nuevos juegos para 3Ds han evitado la tercera dimensión.