La sangre se me había congelado en las venas de la impresión. No sabia que hacer si ir a donde él y lanzarme a su brazo o subir corriendo escalera arriba y encerrarme en mi habitación como una cobarde. Pero qué estaba pensando ¿esconderme porque razón? Yo no había hecho nada malo, aunque la sociedad sea capaz de tacharme de pendenciera y que mi comportamiento había sido impropio de una dama yo había hecho lo correcto y no tenía porque sentirme mal.  Además no tenía porque sentirme asustada de mi propio esposo, el padre de mi hijo y el amor de mi vida.

?Ariabella?volvió a llamarme y su estaba tan calmada pero en sus ojos brillaba el enojo puro. Sabía que tal vez estaba enojado pero gran parte de esta situación había sido su culpa.

?Si?dije seria y me alegré de no parecer nerviosa aunque la realidad. Sentía nervios y no sabia porque.?pero en todo caso el que debe dar explicaciones aqui eres tu.?lo señale con el dedo.

?¿Perdón??me miró con el ceño fruncido

?Si, y no te hagas el inocente que sabes muy bien de que te estoy hablando.?dije y cruce mis brazos sobre mi pecho. Vi cómo toma una gran bocanada de aire y luego la soltó camino hacia mi y me tomo con fuerza por el brazo.

?Vamos a hablar ahora.?me ordenó y antes de que me diera tiempo a reaccionar, protestar o decir siquiera algo ya estábamos subiendo las escaleras rumbo a mi antigua habitación.

Christopher tenía una actitud que no me gustaba, estaba portándose de manera muy grosera pero sobretodo no agradaba que me estuviera sujetando el brazo y casi me hubiera arrastrado mi antigua habitación.

?¿Cual es tu habitación??me preguntó una vez nos hayamos en el pasillo de la planta superior.

?Primero suéltame que me esta lastimando.?pedí y a la misma vez trataba de soltarme por mi cuenta.

?Ariabella?mencionó mi nombre apretando los dientes?no continuos colmando la paciencia ¡¿cual es tu habitación?!?eso no era otra cosa que una orden pero había algo en la voz Christopher, un tono autoritario que me hizo sentir indefensa ante su persona que no me atreví a contrariarlo.

Le señale la puerta de que hace tiempo fue mi habitación y prácticamente arrastrándome me adentro en ella, cerrando la puerta de un portazo y con llave.

?Christopher suéltame.?prostate intentando safarme de su agarre pero este parecía estar aferrado a mi.?Suéltame me estás lastimando.?me queje pero su fuerte agarre no disminuyó.

?Aqui la unica que tiene que dar explicaciones eres tu?dijo de con una voz fría que me helo la sangre.?Así que comienza. ?me exigio y sujeto con más fuerza el brazo.?¿Porqué abandonamos nuestra casa?¿Porque te fuiste de esa manera?¿que has estado haciendo en este corto tiempo que yo he estado ausente?¿te parece propio de una dama abandonar la casa de tu esposo sin avisar?¿acaso piensa al peligro que te expusiste al viajar sola??con cada pregunta que hacia la presion en mi brazo aumentaba y en su ojos brillaba un enojo feroz que asustaba. ?¡CONTESTAME!?grito.

?¡Ay! Christopher?me queje.?¡suéltame! dijiste que querías hablar?le recordé ya nerviosa por su actitud tan fria y su enojo.

?estamos hablando?me dijo muy serio?pero tu te rehúsa a contestar.

?Porque no estamos hablando.?puntualice.?Tu esta enojado, me está gritando y lastimando además.

?¡Y te parece que no debo estar enojado!?volvió a gritar y esta vez me sujetó con fuerza por ambos lados y poco a poco fue empujando hasta que chocamos contra la pared. ?Crees acaso que debería sentirme feliz y dichoso de que mi esposa embarazada se marchó de mi casa sin avisar exponiéndose a Dios sabes cuántos peligros, por el simple capricho de querer jugar a ser Juana  de Arco.?dijo en tono sarcástico.?Y te equivocas Ariabella no estoy enojado estoy ¡FURIOSO!

Sentía como si un balde de agua fría me hubiese caído de repente. Christopher sabía que estaba embarazada, lo sabía ¿pero como?o mejor dicho ¿quien se lo había contado?. Quien me había quitado la ilusión de contarle que sería padre.

?Co-como sabes que estoy?trague en seco y lo mire nerviosa?estoy em-embarazada

?Me lo acaba de decir tu padre?me dijo serio.

?¿Y no esta feliz??le pregunté incrédula?no te alegra saber que será padre.

No obtuve respuesta, un silencio sepulcral se fue creando entre nosotros. Este Christopher que estaba frente a mí era un hombre completamente diferente al hombre del que yo me había enamorada y con el que me había casado. Este hombre frente a mí era un desconocido, frío, distante, autoritario.

?dime algo?le pedí y sentía como picaba mis ojos por las lágrimas que amenazaban con salir.?No te alegra saber que estoy embarazada cierto.?no puede evitar que mi voz se quebrara al hablar?No está feliz.?concluí sintiéndome muy mal.

Christopher soltó un suspiro cansado y me liberó los brazos de su agarre, pero aun me tenia arrinconada contra la pared sin darme libertad de moverme. Cerró los ojos y pegó su frente a la mía y nos quedamos así en silencio por unos minutos. Esta que por fin el fue quien rompió el silencio

?Yo no he dicho eso?dijo y sentí su aliento muy cerca de mis labios. Mis labios que ansiaba el contacto con los suyos.?Claro que estoy feliz, por mi hijo.?dijo pero en su palabras todavia habia enojo?quiero que me cuentes todo lo que has hecho desde que me marche?se despejo de mi y me miró fijamente a los ojos?absolutamente todo Ariabella.

Por la manera en la que hablaba estaba claro que esta sería una muy larga conversación. Y me daba la impresión que no saldría beneficiada en esta conversación. Porque tal parece que no podría hacerle ver a Christopher las cosas desde mi punto de vista, al igual que no había podido hacerlo con mi padre.

?Y bien.?dijo camino hacia la cama y se sentó en ella.?comienza
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No dejaba de sentirme inquieta por la suerte de Bell, pobrecita aunque lo trato de disimular yo la conocía y sabía que estaba nerviosa por la repentina aparición de Lord Van Ewe. Y todos estábamos con los nervios de punta porque si yo casi me desmayo cuando lo vimos salir del despacho del almirante no quería encontrarme en los zapatos de Bell cuando él se había referido a ella con aquella frialdad.  Al menos en todo el tiempo que llevaba en el piso de arriba hablando no se había escuchado ni gritos, ni el sonido de algún objeto rompiéndose y eso al menos debía ser buena señal.

?Me muero de la ansiedad de saber que está sucediendo allá arriba?dijo Lady Ruddiffer que estaba pendiente a las escaleras como un halcón a su presa.?y si subimos, a ver si se les ofrece algo?sugirió con la clara intención de sonsacarnos

?No son asunto en los que debemos inmiscuirnos Elena?dijo la condesa viuda.?Además mis nuera y mi hijo tiene asunto personales que tratar.

?¡Uy!?exclamó Lady Ruddiffer con una expresión exagerada de frustración.?Con los años te has vuelto mojigata y aburrida Christine?dijo frunciendo los labios.

?Porque no mejor te metes en asunto que convengan a tu familia Elena.

?Te recuerdo que Christopher tambien es mi familia porque es mi ahijado y lo quiero como a un hijo?dijo Lady Ruddiffer?y mejor cambiemos de temas o me dará tortícolis?dijo y centró su atención en mi.?y dime querida Genevieve ¿cuando regresa tu tía Cornelia de Francia?

?Aún no lo se milady pero me ha invitado a pasar la próxima temporada social en París junto con ella.?dije sintiendo ilusión por ese viaje

?Pero qué maravilla?exclamó Lady Ruddiffer?La temporada social en París debe ser magnifica, todo glamour, elegancia, belleza, salones llenos de jovencita rozagante buscando pescar un buen partido.?soltó un chillido?que emocionante, me recuerda a mis tiempos de juventud.

?Usted aun es una mujer joven y hermosa Lady Ruddiffer?le comente y la mujer soltó una risita.

?Oh criatura eso lo dice porque no me viste de joven?dijo soltó un suspiro de añoranza?a tu edad yo era asediada por muchos caballeros guapos y de las mejores familias. Pero solo uno fue capaz de conquistar mi corazón.?sonrió con cariño.?y si volviese a nacer mil veces, mil veces lo volvería a elegir a el.

?se casó muy enamorada?asumi.

?sí?dijo.?Profundamente enamorada. Veras querida eso lo maravilloso del matrimonio. No hay nada mejor que llegar al matrimonio, enamorada de tu esposo, ilusionada con la vida construirán juntos, con los años venideros.

?debe ser maravilloso.—dije sin poder ocultar un dejo de tristeza.

?Oh querida pero seguramente tu conoceras esa dicha pronto?me sonrió.?Eres una joven hermosa, educada, has sido bien criada, con una apellido de renombre, y como hija de un marqués estoy segura que tu padre ha preparado un excelente dote para ti.?dijo y me lanzó una mirada picara?seguramente debes tener a varios pretendientes haciendo fila por pedir tu mano.

?Ni tantos.?dije ruborizada.

Si tan solo Lady Ruddiffer supiese que a veces pensaba que jamás me casaría ni tendría mi propia familia. Pues tenía la sensación de que mi padre no desea que yo me casé para que lo cuidase en su vejez y si eso era lo que me deparaba el destino pues no me quejaba de mi suerte la aceptaría. Pero si me gustaría conocer el amor, el verdadero amor.
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?y eso fue todo.?dije cuando termine de relatarle a mi esposo los acontecimientos sucedidos desde que se había marchado a esa expedición de cacería. ?¿No vas a decirme nada??le pregunté sintiéndome inquieta por su silencio, desde que había comenzado a hablar él no había dicho ni una sola palabra, se había mantenido escuchando atento pero ahora continuaba mudo.?Christopher por favor dime algo.

No sabía si estaba tomando bien la situación, me había escuchado muy serio casi inexpresivo. Con un gesto de dureza que me partía el alma y me hacía sentir culpable por haberme dejado llevar por mis ideales. Y ese silencio que me mataba, no sabía si hubiese sido mejor que nos hubiéramos hecho de gritos y palabras en lugar de este silencio sepulcral que no me dejaba saber lo que estaba pensando y me tenía hecha nervioso por no saber.

?¿Qué quieres que te diga??me pregunto en tono de cinismo.—¿quieres que te diga que has hecho bien?—me pregunto con una sonrisa amarga se dibujada en su rostro.—eso lo que desea escuchar de mi.

?Dime lo que piensa.?pedí?lo que realmente hay en tus pensamientos.

?Bien.—dijo se puso de pie.—pienso que eres una mujer: impulsiva, arrebatada, imprudente que puso en riesgo la vida de mi hijo.?se paró frente a mi y su figura era imponente.?arregla tus cosas que me quiero ir.

?¿Te vas??pregunte con hilo de voz.

?No Ariabella?dijo serio?nos vamos, tu eres mi esposa y vas a donde yo vaya.?me miró fijamente y dijo.?Y para que lo sepas las cosas van cambiar bastante entre entre nosotros dos, porque esto que has hecho no lo volverás a hacer.?dijo muy serio y camino hacia la puerta.

—¿a que te refieres?—le pregunte susto en el momento en que detuvo la puerta dejando entre abierta. Se giró y dijo.

?No te tardes.?diciendo eso salió y cerró la puerta dejándome sola.

Me dejé caer al suelo sintiéndome derrotada, triste y sola. Christopher se había comportado de manera tan fría y distante conmigo.  Sabía que estaba enojado pero no era para tanto, no era para que se comportara de manera tan fría conmigo.  Soy su esposa, la madre de su futuro hijo, la mujer que dice amar.  ¿Porque actuaba así entonces? La lágrimas comenzaron a bajar por mi rostro de manera silenciosa.  Quede en el suelo de mi habitación llorando como una niña indefensa y solitaria.  No se cuanto tiempo estuve así pero escuche como la puerta mi habitación se abría.

?mi angel?escuche decir a mi padre y rápidamente me sequé las lágrimas con el dorso de la mano, no permitiría que me viera tan débil, conservaría mi dignidad y mi orgullo antes que nada y nadie. Me levanté rápidamente del suelo y evite su mirada.?mi ángel podemos hablar.

?Lo siento padre, no quiero ser descortés con usted pero debo alistar mis pertenencias?conteste de manera distante y me enorgullece escuchar que mi voz sonara tan segura.?Mi esposo desea partir lo antes posible y no deseo disgustarlo más.?abri el baul y comencé a buscar mis pertenencias para colocarlas dentro.

?basta ya Ariabella.?dijo mi padre de manera autoritaria pero yo continue ignorándolo mientras comenzaba a meter todo en el baúl.?Ariabella?me volvió a llamar.

Y lo próximo que pasó fue que mi padre me sujeto por el brazo, no con la misma fuerza con la que Christopher lo había hecho pero de igual manera me molesto mucho. Me safe de su agarre rápidamente yo no era un juguete para que me estuviera sujetando y mangoneando como si fuese un juguete.

?padre disculpe, no deseo faltarle el respeto pero no tengo tiempo para escuchar más reclamos o acusaciones.?dije mirándolo de manera desafiante y manteniendome seria.

?se que está molesta por la bofetada que te di pero…?antes de que siguiera lo interrumpi.

?padre por favor.?dije levantando la mano, no quería revivir ese vergonzoso y doloroso momento ?le ruego que no vuelva a mencionar eso nunca más.?lo mire seria.?usted es mi padre yo lo quiero y lo respeto pero no deseo volver a revivir es…?tuve que desviar la mirada y tomar una profunda respiración para no desmoronarme, armandome de valor dije tratando de sonar lo más calmada posible.?no deseo volver hablar de ese momento tan doloroso para mi.

?¿Crees que para mi no fue doloroso??me pregunto?Jamás hubiera querido levantar la mano…eres mi hija, mi angel y yo te adoro.

?si me adoras como dice no me hubiese pegado?le saque en cara enojada, pero al ver la sorpresa en su rostro supe que me había excedido. Tomé una profunda bocanada de aire y?padre por favor disculpeme.?negué con la cabeza y dije.?estoy algo sensible, por los últimos acontecimientos que han sucedido, tan rápido, tan pronto.

?Comprendo?dijo serio el?te dejaré terminar de preparar tu equipaje en paz?dijo y me dio una mirada que me decía que deseaba arreglar algo pero no lo hizo, en cambio salió del paso con una frases trillada?tu esposo espera abajo.?diciendo esto se retiró dejándome nuevamente sola.

Me dolía comportarme de manera tan distante con mi padre. Pero mi orgullo no le perdonaba que me hubiese golpeado. Yo sabía que no se debía ser orgulloso con los padre pero mi padre me había hecho sentir como la peor de las mujeres por no someter a las reglas machista impuesta por esta sociedad. Los hombre y las mujeres no éramos diferente, sentíamos, padecemos y amaba de igual manera, y mi padre una vez me había dicho que éramos iguales. Por eso todavía no podía perdonarle que me hubiese golpeado y tal vez nunca se lo perdonaría. Pues el nunca me había escuchado, solo me había juzgado y se había dejado llevar por unos prejuicios ignorantes poco prácticos de un hombre tan brillante como era el.

Termine de empacar lo poco que había sacado de los baúles y cuando estuvo todo preparado tome la campanilla y la hice sonar varias veces esta que acudió a mi llamo una de la criadas de la casa. Le pedí que mandase por el equipaje que colocar mi equipaje en el carruaje donde me iría junto con Christopher de regreso a NewCastle. Baje las escalera y me di cuenta allí que Genevieve no vendría conmigo porque Christopher y yo pasaremos la noche la mansión de Londres y al dia siguiente muy temprano partimos hacia NewCastle nosotros dos solos porque Lotty se quedaría con junto con mi suegra.

?es mejor asi Bell?me repitio Gene?tu esposo y tu debe dialogar sobre muchas cosas, además ya es tiempo que yo regrese a mi casa.

?Lord Knighthood, pensara que soy una irresponsable por enviarte de regreso sola a Wolverhampton.?dije sintiendo un sabor amargo, por esa palabrita que ya comenzaba a sacarme de mis casillas.

?Mi padre nunca pensaría eso.?me aseguro Genevieve con dulce y habitual sonrisa de angel.?además tu padre se ha ofrecido en persona a escoltarme esta Wolverhampton.

?Bueno?acepte a regañadientes, sabía que tarde o temprano mi amiga tendría que volver a su casa y ya no había manera de retrasar esa partida?si no hay más remedio?me encogí ligeramente de hombros?entonces dame un fuerte abrazo.

?por supuesto.?dijo me dio un fuerte abrazo y me susurro al oído.?todo estará bien Bell.?nos dejamos de abrazar y ella me regalo un dulce sonrisa

?eso espero.?dije no muy convencida.

?Ariabella?el tono frío e indiferente de Christopher pronunció mi nombre a mi espalda, no veía su rostro pero sabía que ese semblante inexpresivo y distante todavía continuaba en su rostro, su voz lo delataba.?vamos ya.?dijo

?ya voy.?dije sin voltearme para verlo. Mire a Genevieve que con una sola mirada me daba su apoyo incondicional. Como era ella, una amiga incondicional y noble de corazón.

Me despedí de todos los presentes. Mi padre intentó darme un abrazo pero le rehuía rápidamente no me sentía lista para tenerlo cerca todavía estaba muy sentida por la bofetada que me había dado sin ninguna razón. No le había mencionado a Christopher que mi padre me habia golpeado por a este punto no sabía lo tomaría mal o se lo aplaudiría por darme un escarmiento innecesario. Me costaría mucho perdonar a mi padre y si es que acaso algun dia lo llegase a personal. Christopher había decidido viajar nuevamente de regreso a caballo y una parte de mi lo agradecia, no hubiera podido soportar su lejanía y su indiferencia todo el tiempo encerrados en un carruaje. No sería demasiado para mi. Me recoste de la puerta del carruaje y con el bamboleo mis ojos comenzaron a pesarme y un sueño profundo me acogió rápidamente.
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No sabia como sentirme en este momento, tenía una mezcla de rabia, alegría, enojo, frustración y deseo que no podía todavía procesar. Ariabella había, que no había hecho mi querida esposa en tan solo dos semanas. Se había marchado de nuestra casa sin avisar, sin escolta, había sobornado a la esposa del difunto Sir Harrison, había viajado a un pueblucho de quinta para buscar a la señorita Harrison y todavía pretendía buscar a Benjamín para que le cumpliera como caballero a la señorita Harrison. Todavía me estaba preguntado cómo una mujer podía causar tanto lío en tan poco tiempo.

Llegamos a la propiedad que tengo a las afueras de Londres, pasaremos la noche aquí y mañana a primera hora lo más tardar regresamos a NewCastle. Tenía que podemos los asuntos de condado en orden y mi esposa debía ya empezar a comportarse como la dama que se supone era. Baje de caballo y le entregue las riendas al mozo, espere a que Ariabella base por su propia y libre voluntad, no quería usar la fuerza con ella pero no me creía capaz de permanecer con la cabeza fría por mucho más tiempo.

?Ariabella?la llame desde afuera del carruaje, pero no contestó ni la puerta se abrió.

Antes de que el lacayo abrió la puerta me adelante y la abrió yo, ya no me quedaba paciencia y no pensaba tolerar ni un capricho mas. Gran sorpresa me lleve cuando la encontré dormida y acurrucada contra la puerta contraria del carruaje. No pude evitar sonreír al verla, tan hermosa, tan delicada, tan adorable como se veía en ese momento dormida. En este momento la rabia disminuye por completo en mi alberga un sentimiento de ternura hacia mi bellísima esposa. Con sumo cuidado la tomé en mi brazos y la cargue hacia dentro de la casa, llevando hacia que era nuestra habitación, y con el mismo cuidado la deposite en la enorme cama. La observe detenidamente por un segundo y aparte de su hermoso rostro un mechón de cabello y lo coloque detrás de su oreja.

?¿que voy hacer contigo??me pregunto y sonreí mientras la veía dormir, me incline y le di un suave y beso.?Te amo mi cielo.

Salí de la habitación y baje hacia la biblioteca me serví un poco de brandy y reflexiones sobre el asunto. Después de todo, lo que había hecho Ariabella no la había hecho con mala intención al contrario, su idea había sido ayudar. Claro que lo correcto hubiese sido que me esperase que juntos hallaremos la manera de ayudar a la señorita Harrison aunque a esta altura no sabía cómo. La joven estaba mancillada, y seria muy dificil que encontrarse un hombre que no le importase que otro la hubiese conocido. Los seres humanos éramos complicados y complejos. Y los hombre que me incluía cada vez que nos acostamos con alguna mujer aunque fuese ramera sentíamos que de cierta manera esa mujer nos pertenecía. Eran muy pocos los que toleraría que la mujer que hubiesen elegido como esposa, madre de tus hijos y compañera de vida…haya estado retozando en la cama con otro hombre.
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Abrí los ojos y ya era de noche, no sabía cómo había llegado hacía la habitación, solo sabía que Christopher no estaba a mi lado ni por ningún lado cerca. Además de que me sentia incomoda, sofocada, acolorada. Tome la campanilla y la hice sonora está que por fin llegó una doncella.

?Mande usted milady?dijo he hizo una reverencia.

?Podrías, prepararme un baño por favor.?pedí y tuve que abanicame con la mano, por la calor que sentía.?qué noche más calurosa?pronuncie para mi misma.

?¿como desea el baño milady??me preguntó la doncella.

?como desee, sólo que el agua esté un poco más fría ?pedí sofocada, parecía que hubiese estado corriendo?y por favor ayudame con el vestido siento que me ahogo con el?dije poniéndome de pie, me que ahogaba de calor

?por supuesto milady?dijo  la doncella. Y rápidamente se dispuso a ayudarme a quitarme el vestido. Este cayó al suelo formando un círculo a mi alrededor.—inmediatamente estará su baño milady

—gracias.—dije con la respiración algo acelerada.

La criada se marchó y yo me recosté en la cama tratando de normalizar mi respiración. No era un ataque de axfisia como me había seducido semanas atrás, no era como si todo mi cuerpo estuviera ardiendo por fiebre. Pero me sentía tal vez se debía que me había dormido con toda esa ropa puesta y la noche lo cual no era extraño ya que el verano estaba próximo.

Unos minutos más tarde varias criadas llegaron a mi habitación, cargando baldes con agua y toallas limpias, deje que realizarán su trabajo en tranquilidad está que me anunciaron que ya está preparado el baño para mí. Lo había preparado con esencias y sales de: rosas, fresia, ámbar, crema de almendras, azúcar, sándalo y almizcle. El agua me fría me había regresascado por completo y me sentía mucho mejor. Salí de la bañera y me seque con las toallas que estaba perfumadas con esencia de lavanda, busque un camisón. Y encontré uno perfecto color champán ligero, largo de manga fina que apenas era un fino hilo, recogi mi cabello en un moño dejando algunos mechones sueltos.

Y a recostarme nuevamente pero en lugar de eso me coloqué la bata sin cerrarla bien y salí de la habitación. No sabía porque pero necesitaba hablar con Christopher, necesitaba tenerlo cerca. Deseaba que me explicase que significaba eso de que “las cosas entre nosotros cambiaran”. ¿Que significa?

Busque en el comedor y nos estaba, fui a l biblioteca y tampoco. Pase por el despacho y la puerta estaba entre abierta, la luz de la chimenea me daba a entender que debía estar allí, seguramente planeando nuestro viaje de regreso a NewCastle o bebiendo. Armándome de valor entre al despacho, Christopher estaba de pie frente a la chimenea con una copa de brandy en la mando. Era inexplicable lo gallardo y guapo que era y lo que me hacía sentir cada vez que lo tenía cerca o veía. Mi corazón se me aceleraba, casi no podía respirar sentía como todo en mi entraba en calores y bajo mi vientre todo en mi interior se contaría de manera placentera.

—¿que hace despierta?—me pregunto con el ceño fruncido, no le conteste simplemente corrí hacia brazos y tomándolo desprevenido lo bese apasionadamente.

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Christopher me respondi con la misma pasión el beso que le había dado. Enredado su mano en mi cabello para sujétame la cabeza y así impedimento moverme, poco a poco mi cabello se soltó de su moño. Y con el brazo libre me tomó por la cintura pegándome más a el. Su lengua jugueteo con la mía a su antojo mientras que su manos recorría mi cuerpo por encima de la tela del camisón. Mis manos no podía mantenerlas en un solo lugar y comencé a desnudarlo primero quitándole el chaleco, luego frac y por último le saque la camisa y   desabotone por completa de esta que su musculoso torso quedo al descubierto. Pasé mis manos por músculos esta llegar al botón de su pantalones y fue cual el hechizo del beso se rompió.

—¿que haces?—me preguntó con la respiración acelerada.—¿acaso te está ofreciendo?—me preguntó con su frente pegada a la mía y observándome con un brillo lujurioso en los ojos.

¿Eso era lo que prendía? No conocía esa respuesta solo sabía que no necesitaba, que anhelaba su labios, la sensación de sus manos sobre mi piel, sus caricias tan varoniles que me hacía sentir una mujer amada y deseada. Y si lo pensaba tal vez si me está ofreciendo.

?Y porque no?dije de manera seductora, enrosque mis brazos alrededor de su cuello ?eres mi esposo, te amo, te deseo y tengo muchas ganas de que hagamos el amor.

Mis propias palabras me sorprendía, estaba hablando como una verdadera libertina. Sin pudor, vergüenza o descaro alguno. Solo había salido de mi boca la más pura verdad. Lo deseaba y lo deseaba mucho.  Espere que Christopher saliera de su estupefacto pues era evidente que no esperaba esa reacción de mi parte y si era sincera yo tampoco lo hubiese esperado.

?te quiero besar desesperadamente?dijo y parecía anonadado y me observa con un deseo voraz.

?Hazlo?dije muy cerca de sus labios ?bésame?pedí?bésame por favor