Apoyado en un viejo roble a la arrodilla del río, en el parque Jubilee Gardnes y como supuse estaba casi de deshabitado. Este parque aunque bonito quedaba bastante alejado de Londres era frecuentado mayormente por ancianos ya seniles y con facultades mermadas o por amantes que deseaba encontrarse en ambiente más romántico. No era tan frecuentado como Hyde park o Greenwich park a esta hora. Y era perfecto porque así sería poco probable que algún conocido me viera en compañía de Gwendoline.

Por el lado oeste la silueta de una mujer se divisó, supe inmediatamente que se trataba de Gwendoline pues solo a ella se le ocurriría utilizar un vestido negro de luto a plena luz del día. Puse los ojos en blanco al ver lo ridícula que se veía vestida de esa manera. Si su idea había sido pasar desapercibida había fallado miserablemente.

—Benjamín mi amor?dijo y se abalanzo sobre mi para abrazarme. Iba a besarme pero voltee el rostro para evitar beso.?¿que te sucede mi amor?

—¿que demonios hace vestida de esa manera?—le pregunté con el ceño fruncido.—¿como se te ocurre vestirte de luto?

?cálmate no es para tanto querido.?me sonrió e intentó nuevamente besarme pero se lo impedi.

?¿no es para tanto??dije y mire hacia ambos direcciones para asegurarme que nadie nos estuviera observando.?Está llamando demasiado la atención.

?Esta de un humor insoportable Benjamin.?frunció ceño y cruzó los brazos sobre su pecho?Y para que lo sepa llevo puesto el luto porque enviudado, querido?dijo con una sonrisa cínica en el rostro.

Abrí los ojos como plato al escuchar su palabras, ¿acaso se había vuelto loca?¿en que momento paso?¿como?¿cuando? ¿En qué momento Gwendoline había enviudado?. Y si no era una broma y realmente Sir Harrison había muerto eso significaba que Joanna como única hija era su heredera aunque la haya repudiado.

?¿Está bromeando verdad??le pregunté escéptico

?¿Como se te ocurre pensar que estoy bromeando??dijo y soltó una risita.?te hablo con la verdad querido mi marido ha muerto.?dijo en un tono sarcastico y burlon, y luego soltó una carcajada alegre.—Por fin soy libre de ese vejestorio asquero.—soltó otra carcajada.—nunca pensé ser tan feliz como ahora

?¿Cuando falleció??pregunté aún incrédulo, por sus palabras.

?Hoy?dijo con cinismo.?amaneció muerto el pobre.—sonrió de manera perversa Gwendoline.—solo espero que este en quinto infierno.

?Lo mataste.?exclamé con asombro.?lo has matado?le pregunté y ella me miró con el ceño fruncido.?respondeme Gwendoline?le exigí y la sujete por los brazo.?asesinaste a tu marido para escaparte conmigo.

?sujetame me lastimas?comenzó a zarandear para soltarse de mi agarre?Benjamin suéltame.?me pidió.

?Dime si lo mataste.?le exigió nuevamente.

?Claro que no?dijo y se soltó de mi agarre de mala gana?Yo soy ambiciosa pero no una asesina. ¿Cómo puedes siquiera pensar que yo sería capaz de matar a alguien?

?aborrecias a tu marido, siempre te quejabas y decía que te daba asco.?le recordé su innumerables quejas.?siempre decía que sería muy feliz el dia que el desdichado entregase su alma al creador.

?eso no significa que yo lo haya matado?dijo a la defensiva.?así que no comprendo de qué me acusas.

?sabes que no me interesa?dije encogiendome de hombro.?¿dónde está el dinero??pregunte con apuro.?¿dime has traído el dinero si o no?

?No?dijo frunciendo los labios.?no traje el dinero

?¿Pero porque no??pregunte de manera exaltada.? ¡si te dije que lo necesitaba hoy!

?es mi dinero no el tuyo.

?Gwendoline no me colmes la paciencia, ¿dime donde está el dinero??le exigi

?que te importa.?me miró con el ceño fruncido.?se supone que ese dinero lo usuriamos para huir juntos no comprendo qué te pasa.

?No me colmes la paciencia Gwendoline?dije apretando los puños?necesito ese dinero ¡ahora!

?Pues no lo tendrás querido está dentro de seis meses?dijo con una sonrisa burlona en el rostro de muñeca que tenía.

?¡te has vuelto loca!?exclame?¿porque tendría que esperar seis meses por ese dinero?

?No mi amor estoy más cuerda que nunca.—sonrió con inocencia, una inocencia maliciosa.—no querrás que me critiquen mi amor.—dijo en un tono burlón y pellizcó mi mejilla?recuerda que ahora soy viuda y debo mostrarme afligida, dolida, triste por mi terrible pérdida.—rodeo mi cuello con sus brazos.—cuando pase el luto tú y yo nos casaremos mi amor

—¿Que?—la mire con extrañeza.

—es la única manera de conservar mi honradez ante la sociedad, obtener el dinero de la herencia de mi marido y tenerte a ti mi amor.—dijo presionó sus labios contra los míos.—Porque tú eres mío Benjamín y de nadie más.

En los ojos de Gwendoline había un brillo perverso casi obsesivo. ¿Pero en qué lío me había metido?
**** **** ****
Por fin había llegado el día, veía desde la lejanía mi mansión en NewCastle. Sentía como el corazón latía con mucha fuerza con deseo avasalladores de querer escapar de mi pecho. Por fin había vuelto y vería a mi bella esposa. Dios sabía cuánto la había extrañado cuanto la había ansiado tenerla junto a mi.  Había sentido tanto su falta necesitaba tenerla junto a mi, besarla, tocarla, necesitaba hacerla mía. No podia ni queria contener mis ansias ni un minuto más.

—Yo me adelantaré.—dije y sin espera respuesta de mis acompañantes comencé a galopar mucho más aprisa que los demás.

Me incliné hacia delante de manera que caballo galopar más rápido, necesitaba llegar a mi casa, ver a mi esposa. Y esa poca leguas que faltaba para llegar se me hacía demasiado distantes por la urgencia que tenía.  El deseo avasallador que me dominaba, esta necesidad tan grande que sentía por Ariabella no tenía otra explicación o palabra que no fuese amor.  La amaba, la quería, la deseaba, la necesitaba a mi lado.

Por fin crucé la entrada principal de la mansión, pasando los jardines fui hacia el establo el mozo de las caballerizas se acercó con una sonrisa. Era apenas un muchacho de no más de diecisiete años de edad.

?milord que bueno que ha regresado con bien.?dijo el muchacho.?todos estarán muy contentos por su llegada.

?gracias al cielo fue así.?dije de manera apresurada.?Lord Woodgate y señor Archibald viene de camino, que lleven el equipaje a la casa.?le di las riendas del caballo y me encamine hacia la entrada de mi casa.

Todo se veía igual que como lo había dejado semanas atrás, el paisaje, los alrededores y aun asi tenia la sensación de que no habia estado aqui en años.  Subí los pequeños escalones de mármol que había en la entrada del pórtico de mi casa. Toque la puerta y menos de dos minutos esta fue abierta por una de las criadas de la casa.

?Lord Van Ewe?dijo la criada y rápidamente hizo una reverencia.?gracias Dios que volvió sano y salvo.

?gracias.?dije y pase al interior de mi casa?¿y mi esposa donde esta??pregunte y vi como la criada abrió los ojos como platos del susto

?eh…milord?la empleada se puso nerviosa.

?¿qué sucede??pregunté arqueando una ceja e intrigado por su reacción?¿donde esta mi esposa??pregunte nuevamente, la criada trago en seco y con un hilo de voz habló con temor

?La condesa no se encuentra, milord.?dijo.

Al escuchar esa respuesta tuve el presentimiento de que algo no andaba bien. Algo había sucedido en mi ausencia ¿pero que? ¿Dónde demonios estaba mi esposa?

?¿como que no está??fruncí el ceño al escuchar eso?¿acaso salió de paseo??pregunte pero no obtuve respuesta.?¿dónde está mi esposa??volví a preguntar pero la criada no contestó.?contesteme?ordene?¡Dónde está mi esposa!?exigí saber.

?l-la la condesa se marchó?dijo con temor en su voz. La sangre se me congelo en las venas y mi vista se puso borrosas. ¿en qué momento había sucedido?

?¿como que se marchó?¿adonde?¿cuando?¿con quien??pregunte y sujete a la criadas por los hombros.?Habla con un demonio ¿donde demonios esta mi esposa??levante la voz?¡HABLA!?grite furioso.

?y-yo n-no lo se?pronunció entre tartamudeos.?s-se lo juro mi-milord n-no lo sé?negó con la cabeza, se veía muy asustada pero no me importaba, lo que más me interesaba era saber dónde estaba mi esposa, mi mujer.

?¡Como que no lo sabe!?dije furiosa.—¿A donde demonios se fue? ¿Y con quien?

Unos celos malicioso comenzaron a aflorar en mi interior. ¿Se abría marchado con algún amante?¿acaso había huido de mi lado? ¿Me abría traicionado como Mónica había hecho con Andrew?. Deseche esa perversas ideas inmediatamente antes de que me calentara la cabeza porque antes de ver a mi esposa con alguien preferirá verla muerta. No Ariabella no sabía cómo ser desleal, tenía un sentido del honor muy arraigado, impuesto por su padre, ella jamás me sería infiel, jamás me traicionaría.

—¡Habla de una vez!—le ordene nuevamente a la criada, mi voz parecía corta más que el filo de una espada.

—Yo-yo le juro por sangre de Dios que no lo sé milord.—lloriqueo la criada.—la condesa se marchó poco después que usted e incluso dijo que volvería antes que usted más de eso no se.

—¡Agg!—solté un gruñido de frustración y enojo.—ve por Paisley y dile que vaya a mi despacho ¡ahora!—dije de manera tajante, la criada asintio de manera apresurada con la cabeza, en su mirada había miedo mucho miedo.

—si,si excelencia.—dijo con la voz temblorosa.—lo que usted ordene, lo que usted mande. Pero no me lastime.—me rogó.—no me mande azotar por favor se lo ruego.

—vete por Paisley y Bernadette y diles que vaya a mi despacho inmediatamente.—la solté de mala manera y en menos de una segundo la criada se escabulló corriendo como un ratón asustado.

Me giré sobre mis talones y camine a zancadas hacia mi despacho, estaba furioso y confundido ¿que demonios había sucedido en esta dos semanas? ¿Porque demonios Ariabella, mi esposa se había marchado de esa manera tan abrupta y sin decirme nada? ¿Le abra pasado algo su padre? Esa era única justificación aceptable porque no veía otro motivo posible para que Ariabella se marchase de aquí. Abrí la puerta de mi despacho y de un portazo sordo cerré la puerta, fui y rápidamente me serví una copa de brandy llenando esta un poco más de la mitad. Bebí el contenido la copa de son solo trago, y luego me serví otra.

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Camine hacia mi escritorio y me extraño ver el frasco de tinta fuera junto con la pluma. Pero lo me extraño fue ver una hoja de papel pinchada con el fracaso, tomó la hoja de papel y abrí los ojos como plato al leer las líneas escritas en papel. Era una nota, una nota escrita del puño y letra de Ariabella.

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Imagen creada por mi persona y esta protegidad por SafeCreature

—¡Pero se volvió loca!—exprese furioso

Un enojo descomunal comenzó a crecer desde mi interior. Mi mujer se había marchado de mi casa, abandonado lo todo. Para irse a la aventura, para ayudar a la señorita Harrison. ¿Como me había atrevido a semejante cosa? Unos golpes huecos se escucharon en la puerta, pero yo no podía apartar mi vista de esa nota.  Así que pronuncie con enojo apenas un “adelante”  la puerta se abrió y la voz de Paisley se escuchó.

?mando a llamar milord.?dijo en un tono forma de indiferencia que solo provoco que me hirviera la sangre. Aparte mi vista de la nota y lo fulmine con la mirada Paisley que se veía preocupado en cambio Bernadette parecía tan tranquila como siempre.

?se puede saber ¿porque demonios han permitido que mi esposa se marchase??pregunte y mi voz parecía hielo de lo fría que estaba.?¿como se les ocurrió permitir semejante locura?

?milord la condesa insistió en que debía marcharse, que se trata de un asunto de gravedad.?dijo, la cólera en mi era demasiado grande no pude contenerme y lance la copa de brandy contra la pared más próxima de pura rabia. Esta se hizo añicos al instante.

?No intentes disculparte Paisley.?dije serio,estaba haciendo un esfuerzo monumental para no darle un puñetazo en la cara.?Nunca debiste permitir que se fuera.

?Lord Van Ewe ¿como hubiera podido yo impedirlo??me preguntó?milady tomó la decisión y no hubo manera de persuadir de lo contrario.

Golpe con fuerza el escritorio con el puño cerrado de pura rabia. ¿Cómo es posible que esto estuviese pasando? Yo desesperado por verla, anhelando tenerte entre mi brazos y ahora resulta que mi esposa se había marchado a la aventura sola. Y con los caminos tan peligroso que se había vuelto últimamente, estaba llenos de asaltantes.

?¿no hubo manera??repetí la pregunta un tono escéptico, y  furioso dije ?Pues debieron encerrarla a piedra y lodo, o la hubiera encadenado, habrían hecho lo que fuese para evitar que se marchase.?grite.?Como permitieron que se fuera, los caminos están llenos de bandoleros, asaltante ¿y si le paso algo? ?un escalofrío de temor me recorrió la espalda, aunque Ariabella sabia como defenderse muy bien siempre el peligro estaba al acecho.?si a mi esposa le paso algo les juro por Dios que…

?Christopher Edmund Van Ewe?me interrumpió Bernadette?tu esposa se marchó porque tenía un asunto de gravedad que resolver y podrás hablar con ella.?dijo y una sonrisa se dibujó en su rostro.?y te dará una noticia que te hará inmensamente feliz.

?¿que noticia??la mire con el ceño fruncido?a mi lo que me importa es saber hace cuanto se marchó mi esposa

?dos días después de que tu te marchaste a la expedición de cacería ella se marcho.?me informo Bernadette

Esto era lo que me faltaba así que mi bella esposa no espero ni una semana para hacer su santa voluntad, y marchase a la aventura sin medir las consecuencias. Pero esto no se quedaria asi, por Dios que no se quedaria asi.  Ariabella tendría que dar muchas explicaciones por este comportamiento tan irresponsable y poco práctico de ella.

?Sola me imagino?asumi aun sorprendido por la osadía de Ariabella

?Claro que no?me informo Bernadette?Lady Knighthood y Charlotte se fueron con ella.

?¡pero que esta iresponsabilidad!?grite furioso.?tres mujeres solas viajando hacia a Londres?negué con la cabeza, y comencé a caminar de lado a lado como león enjaulado por mi despacho.?definitivamente Ariabella perdió el juicio ¿Como se atrevio?¿como puedo hacer esto?

?ella volverá pronto Christopher.?aseguró Bernadette pero yo no estaba tan convencido y no permitiría que Ariabella continuase haciendo lo que le venía en ganas. Ella era mi esposa y me debía respeto y obediencia absoluta, como era su obligación.

?Nada de eso.?dije.?preparen un carruaje partire hacia Londres inmediatamente.

**** **** ****

Me había costado mucho decidirme, pero por fin me había armado de valor por mi niña Ariabella.  La pobrecita estaba tan decaída, triste, desolada y eso no era bueno ni para ella ni para la criatura. Y gran parte de esa tristeza se debía sus desavenencia con su padre.

Con determinación golpee la puerta de madera oscura del despacho del señor de la casa.  Espere la aprobación para entrar pero esta nunca se escuchó, nuevamente toque la puerta con un poco más de fuerza pero tampoco esta vez recibí respuesta de parte del señor Johansson.

?Uy?exclamó frustrada mirando hacia la puerta.?nadie puede negar que son padre e hija. Testarudos, necios y orgullosos como ellos solo.?dije en voz baja para mi misma.

Me quedaban dos caminos, la primera esperar que padre e hija resolvieran sus divergencias solos sin intervenciones de tercero y esa opcion no la veia probable estaba mas que confirmado que ambos eran demasiado orgulloso. La segunda opción era insistir y dialogar con el señor Johansson ahora mismo. Opte por la segunda sin esperar autorización para entrar abrí la puerta del despacho y entre sin previo aviso.

?señor Johansson lamento irrumpir de esta manera tan abrupta en su despacho pero necesito hablar con usted.?mi patrono me observó con el ceño fruncido.

?siéntese?dijo y señaló con la mano una de las sillas que quedaba frente al escritorio. Obedeciendo me senté frente a él.?dígame que se le ofrece Ines.?tome una bocanada de aire y luego dije.

?quisiera hablarle de la niña Ariabella?dije y el señor Johansson soltó un suspiro y volteo el rostro hacia un lado. Era evidente me inmuto, yo sería capaz de lo que sea contar de ver a mi niña feliz.

?yo se que usted no está muy contento con el comportamiento de Ariabella y créame que no la estoy defendiendo?dije seria?Lo que hizo no fue ninguna gracia, pero usted también como yo conocemos a la niña?sonreí al pensar en ella?es impulsiva, arrebatada, orgullosa y volturariosa pero es buen señor usted lo sabe mejor que nadie.  Su hija mas buena que el pan, es noble, caritativa, risueña?solté un suspiro?su mayor problema es que piensa que todo lo puede hacer sola, que puede superar todas las adversidades sin ayuda.

Un enorme silencio se creó. Un silencio incómodo, tanto que estaba indecisa si continuar a hablando o levantarme y marcharme pero antes de que pudiera hacer cualquiera de las dos, el señor Johansson soltó un suspiro y digo.

?no crea que no lo se.?dijo el hombre.?no sabes como me dolio levantarle la mano pero no tuve otra alternativa. Ariabella se ha vuelto muy irreverente, y eso ideales tan modernos son una falta de respeto hacia cualquiera.?su semblante se mantuvo serio como siempre.?Ariabella tiene que comprender que las buenas intenciones por mas justa que sean aveces no conllevan a nada bueno. Y yo jamas permitiria que mi hija fuese rechazada, repudiada por la sociedad y mucho menos que el buen nombre de nuestro apellido quedase marchado.?el señor Johansson negó con la cabeza.?mi hija no midió las consecuencias de sus acto, y este es el resultado. No sabemos ni siquiera que reaccion tendra Lord Van Ewe cuando sepa que su esposa no está en su casa como debería estar.

En eso el señor Johanson tenia razon, por mas amor que sintiese Lord Van Ewe por mi niña no le haría ninguna gracia descubrir la salta de imprudencias de Ariabella. Que el cielo nos ayudará no quería ni imaginar la reacción de ese hombre cuando se enterase  de que Ariabella había abandonado su casa y si es que no lo sabe ya.  Sin contar con el escándalo que se avecinaba si esto se llegase a conocer en sociedad.