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[Foto por Itzamari Morales, licencia CC, algunos derechos reservados].

¿Te has dado cuenta? Tienes un par de compromisos para contigo mismo. De pequeño te encerrabas en el cuarto y soñabas a ser grande y ser doctor, carpintero, modelo, mecánio, maestro, pintor, cantante, contable, entre otros oficios y profesiones. Incluso jugabas a ello. Fuiste creciendo, tus intereses fueron cambiando, te fuiste mordeando mejor. Siempre te advirtieron de la importancia de educarte en diferentes niveles. Te han advertido y asegurado que prepararte a nivel educativo es la vía para lograr tener una buena casa, un carro de marca, un yate, viajar, entre otros placeres y “gustitos” ( a los que posiblemente ni aspires). Comenzaste a prepararte a nivel universitario hace un tiempo y a ese mismo ritmo a enfrentarte a una de las mejores etapas de la vida a nivel personal y académico (por no dejar lo académico atrás). Realmente, tú que me lees, sabes que a nivel personal mientras uno hace el bachillerato, va haciendo una maestría de vida. No es sencillo, ¡mira!: llega la soledad, dependiendo tu meta te vas lejos de la familia, traiciones, frustraciones, la C que desmorona el promedio, alcohol, marihuana, la confusión, la mala decisión, sexo, el “part time”, el internado, la materia que nunca entiendes, la menstruación, el trabajo en grupo,  la mujer que no te quiere, las prácticas, el cansancio físico y mental, las libras demás, el dinero escaso, el error, el estatus político, la guerra, el descuento, el impuesto, el sistema, el amor, la pieza del carro, el talento que desarrollar, los engaños, el aprovechao’, la aprovechá’, las oportunidades que aprovechar, las desaprovechadas, la espera, las circunstancias, la felicidad extrema. ¡Wow! ¿Algo más? Sí. El compromiso, la promesa por cumplir, la meta, tú, yo, ¿entiendes? Posiblemente tú no termines ejerciendo en la posición para la que hoy te preparas por tu gusto o por la de algún famliar. Lo que sí es cierto es que tienes un interno e intenso compromiso de autorealizarte y algún día salirte con la tuya y ser feliz  con constancia. Tú te lo mereces, creelo. Simplemente hazlo, sigue fiel a tu compromiso, a la promesa que de niño te hiciste, sigue sufriendo, sintiéndote solo o sola, sigue frustrándote, recibiendo traiciones, buenos y malos ratos, conociendo, amando, apasionándote, educándote, riendo, llorando, saltando. Hazlo, continua, sé egoísta contigo, olvídate del resto, guarda par de secretos y experiencias para tí, suelta y a veces aprieta, en fin vive sin tratar de hacerlo perfectamente. Voy a tí siempre aunque en ocasiones no aposte por mí (acción que no juzgo pues todo se vale). Tírate de pecho, cómete el mundo y buen provecho. ¡Lo mejor está por llegar!