13890878390_f6a5490d65_o.jpg

[Foto por Ministerio de Cultura de la Nación Argentina, licencia CC. Algunos derechos reservados]

Por veredas de sueño y habitaciones sordas

tus rendidos veranos me aceleran con sus cantos.

Una cifra vigilante y sigilosa

va por los arrabales llamándome y llamándome,

pero qué falta, dime, en la tarjeta diminuta

donde están tu nombre, tu calle y tu desvelo

si la cifra se mezcla con las letras del sueño,

si solamente  estás donde ya no te busco.