Puertorriqueño
Pocos se esfuerzan para salir del hollo.
Algunos conformistas, otros guerreros
Son pocos los que luchan por el deseo.
Cada día se abre una ventana
Pero no somos capaces de abrir nuestras alas.
Somos aves con las alas atadas,
No es porque queramos
Si no porque no hacemos el intento
y aun así nos quejamos.
Nos reímos, vacilamos
y cuando llega la noche buscamos el pon aun así sea lejano.
Tan lejano como buscar un trabajo para mantenernos,
Todo esto es cosa del puertorriqueño.
Cuando tenemos hambre
Gastamos el dinero porque, ¿cocinar en casa?
No, no lo creo.
Practicamos deportes, llegamos a la casa,
Comemos y cuando pensamos en bañarnos:
3, 2, 1, pa’ la cama.
Podemos caer en lo mas bajo,
caernos, estancarnos
Encontrarnos en la situación más difícil
solo por no buscar el atajo.
No es que seamos vagos,
preferimos dejar para mañana
lo que se puede hacer hoy.
¿Y para que?
Para nada, todo en vano.
Así somos, unos vagos.
Por: Laritza Cordova