El coronavirus (COVID-19) ha provocado el cierre de las escuelas en todo el mundo, para continuar así, los estudiantes tuvieron que adaptarse a nuevos tipos de aprendizaje. Actualmente hay más de 1.2 millones de estudiantes en 177 países afectados por el cierre de escuelas debido a la pandemia. Como conclusión, la educación ha cambiado dramáticamente, con el aumento distintivo del e-learning, mediante el cual la enseñanza se lleva a cabo de forma remota y en plataformas digitales.

Mientras que algunos creen que estos cambios nos darán una idea de cómo la educación podría cambiar para mejor a largo plazo, con beneficios significativos, hay otros que creen que resultará en una experiencia deficiente que no conduce a un crecimiento sostenido.

Sergio Sánchez, un estudiante universitario de segundo año de la Universidad del Sagrado Corazón, es uno de los estudiantes que ha enfrentado muchos desafíos, causando una cantidad de estrés sin precedentes al tratar de mantenerse al día en algunas clases. Él cree que el aprendizaje será mucho más difícil, ya que los profesores que no están dedicados pueden realizar acciones más encubiertas bajo la flexibilidad de las clases en línea. “Por otro lado, los estudiantes que no están comprometidos pueden hacer trampa con bastante facilidad ahora y obtener una calificación aprobatoria sin cumplir con los requisitos”, dijo Sánchez. “Además, hasta que las cosas vuelvan a la normalidad, los estudiantes se perderán experiencias prácticas”.

De manera similar con Michael Ramos, un estudiante de animación de primer año de la Universidad del Sagrado Corazón, que no está seguro de si se tomarán medidas en serio para hacer cambios, pero espera que se produzcan mejoramiento después de la pandemia. “Lo único que es concluyente es que la situación levantó la tapa de lo anticuado que es el sistema educativo”. Sin embargo, “el aprendizaje en línea es efectivo para aquellas instituciones que han estado en la industria por un tiempo”. Por lo contrario, Ramos destacó que la mayoría de las universidades no tienen una estructura bien planificada y es frustrante tanto para el profesor como para el estudiante tener que lidiar con un entorno de aprendizaje tan radicalmente diferente. También, piensa que el resultado de esto es, frustración, pérdida de tiempo y una menor calidad de vida para los involucrados.

Mientras tanto, Ramos siente que hay varias profesiones que requieren un diploma universitario. No obstante, el suyo no es uno de esos, toda la universidad ha demostrado que está más que bien preparado para continuar su carrera como artista. En lugar de que otro artista le diga cómo debe hacer arte y descubrir qué es el arte para él. De hecho, aparte de algunas relaciones, Ramos piensa que “fue una gran pérdida de tiempo y dinero asistir a la universidad”.

Del mismo modo, Ángel Cintrón, un estudiante de animación de segundo año de la Universidad del Sagrado Corazón, tiene pensamientos de dejar la universidad. Cintron cree que es difícil mantenerse motivado con las clases, porque no tiene una manera fácil de hacer preguntas cuando tiene dudas y tiene dificultades para discutir proyectos y tareas con sus compañeros de manera tan efectiva.

La difusión de COVID-19 ha demostrado cómo los departamentos de educación han tratado de reformar y construir un sistema educativo del siglo XXI, pero los resultados de ese movimiento han sido modestos. El departamento todavía está descubriendo cómo construir un sistema que tenga la capacidad de ofrecer equidad y excelencia en la educación para todos los estudiantes.