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En las últimas semanas, cuando he estado en cuarentena, he sentido y visto el alcance de los crímenes de odio contra los asiáticos en Puerto Rico y los Estados Unidos. Como asiática estadounidense y puertorriqueña, vi muchos artículos y publicaciones en las redes sociales que me hicieron imposible describir mi decepción y rabia.

En uno de los videos, había un grupo de niños agrediendo a un asiático fumando en las calles, donde se burlaban de él mientras lo golpeaban. Estaba furiosa cuando reconocí que eran afroamericanos. Una cosa era enfrentar los prejuicios y la violencia, pero que el mismo grupo de minorías, que estaban en armas cuando se enfrentaron a la discriminación durante la pandemia de Ébola, fue impactante y desagradable. Me temo que este racismo perpetuará mucho más allá de la pandemia de COVID-19 y cómo la gente me verá a mí, a mi familia y a la comunidad asiática.

Para todos los asiáticos, no tengan miedo, sino estén informados y preparados. Las personas culparán a los demás por lo que no pueden comprender, pero también pueden cambiar a los demás al elegir el camino más alto. Durante esta pandemia, es el mejor momento para que nuestras voces se escuchen contra el racismo y la información falsa sea comunicada por medios sesgados.