“Cuando el amor no es recíproco, recoge tu dignidad, empaca tus sentimientos y vete. Si vas amar, ama mucho y hazlo bien, no seas como el resto que no da nada.”

A lo largo de nuestras vidas vamos buscando personas con las que podamos conectar y se pueda crear una buena relación. En algunos casos se nos da y en otros casos puede llegar a ser un poco difícil. Antes de conocer a Jorgie, traté de conectar con otras personas, pero me di cuenta lo difícil que era y me preguntaba el porqué. Muchas veces me echaba la culpa, otras veces lloraba, pero luego me di cuenta que no era mi culpa y que esa no era la persona correcta. Hubo muchos casos en los que tocaban el tema de la distancia y recuerdo que hablaban de ella como si fuera un problema gigante, el cual nunca se podría superar. Cuando recién conocí a Jorgie que él me habló de sus sueños y los planes que tenía de irse a estudiar fuera de Puerto Rico, me dio un poco de miedo, porque sentía que en cualquier momento él me podía rechazar o no querer nada conmigo y pusiera como excusa la distancia. Luego de discutir el tema millones de veces dijimos “si”, vamos a intentarlo. Los dos queríamos estar juntos, así que ¿por qué no? Lo más importante de todo es la confianza, la comunicación y sobre todo las ganas de estar juntos. Pasa el tiempo y ahora el hecho de que él este por otro país y yo esté acá, me hace pensar que cuando es la persona correcta y todo el amor es recíproco, todo se puede, no hay limite que valga. La confianza y la comunicación ha crecido, pero mucho más el amor entre nosotros.  Tener una relación a distancia es una super aventura y nos hace valorar cada momento juntos. Me di cuenta de que la relación es de dos, que somos un equipo y que si un día yo solo puedo dar el 30%, entonces le toca a él dar el otro 70% y viceversa. La reciprocidad es la base de todo, así que abraza mucho, escucha mucho, habla mucho, alienta mucho, pero sobre todo ama.