The Web & I
La tecnología me a acompañado desde mi nacimiento hasta mi actual momento. En mi caso ha sido como relación entre hermanos, de amor y odio. Se preguntarán dónde cabe el odio, si la internet y las redes sociales han venido a facilitar mi vida; y es ahí donde nace dicho sentimiento. Ahora me dirijo directamente a ti, si a ti, las famosas “redes sociales”. Comenzaré con tu mayor virtud, las relaciones interpersonales. Me has permitido conocer personas maravillosas por medio de ti y de eso te estoy bien agradecida. Me has unido con viejos amigos y familiares que lo más seguro jamás hubiera reencontrado. Pero así como me conectas con los lejanos, me separas de los cercanos. Ya uno sale y el tema de conversación se queda en tus textos. El contacto visual es con la foto de perfil y las emociones se limitan a los conocidos “emojis”. Trato de conversar con quien me rodea y a los segundos de mi platica vienes a robar la atención… “permiso tengo que atender esto”.
Doy gracias por haber disfrutado mi infancia, pero me crea nostalgia que los niños de hoy día estén perdiendose alguno de los mejores placeres, el jugar con la imaginación y la creatividad, el ser un verdadero niño. No conocen el llorar para aprender una lección, ahora lloran y los padres calman el terror poniéndoles cualquier programa de televisión desde un dispositivo electrónico. Yo jugaba hacer pasteles de tierra, ahora juegan a tener amigos en el internet. Ahora conocen la realidad virtual, pero se pierden la verdadera esencia de vivir en LA REALIDAD.
Me diran pesimista o llamaran como me quieran llamar, pero yo se que la internet de mi mano siempre estará, solo quisiera no tener que de ella necesitar. Si me dieran a elegir entre esta actualidad y la inteligencia antigua, te diría que quisiera trabajar por lo que quiero y no que todo me espere en la vuelta de la esquina.
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