La web a través de los años nos ha facilitado la manera de adquirir y compartir información en las distintas plataformas que ofrece. Antes se hacia mayor uso de enciclopedias, libros, telefónicas y diccionarios, mientras que, ahora con tan solo un “click” en una computadora o celular podemos accesar en segundos a un mundo de respuestas. Desde el 2007, pude obtener mi propia computadora porque mi hermano mayor se dedicaba a arreglar y programar computadoras y me pudo regalar una sencilla con acceso a internet. Por lo tanto, desde pequeña pude dominar con más facilidad la computadora y la web siguiendo los consejos que me ofrecía. Mi pasatiempo antes de obtener la computadora era leer pero tan pronto descubrí la enciclopedia virtual, Microsoft Encarta, no pude dejar de utilizarla y se convirtió en un vicio. Con la ayuda de Encarta pude hacer tareas para mi escuela, aprender datos acerca de lugares que no había visitado, investigaba distintos animales y artistas. No fue hasta el 2009 que la enciclopedia no fue actualizada debido a distintas plataformas más accesibles creadas como Wikipedia, la cual no pudo engancharme debido a la falta de validez en el material publicado. Tan pronto pude notar la diferencia, dejé de utilizar Wikipedia y me entregué en el 2009 a manos de una de las páginas web y compañías más famosas del mundo, Facebook. Este fue el momento en que paré de recibir información educativa para comenzar a brindar los datos de mi vida personal a la web y recibir publicaciones irrelevantes que puede ser un arma de doble filo. Se convierte en adicción compartir todo lo que haces, donde te encuentras y todos los momentos felices se vuelve una obligación tener que publicar cosas sobre ti. Se puede representar como una competencia de quién publica más o mejor contenido. Ese comportamiento es algo que no pude darme cuenta que estaba sucediendo en mí hasta que pude madurar, analizar y tomar acción sobre eso.

Años después, dejé de utilizar Facebook, Twitter, y tan solo utilizaba Instagram y Snapchat en privado porque me había percatado del gran tiempo que le dedicaba diario a todas esas plataformas. Recuerdo pasar horas en una aplicación del celular llamada Wattpad, en ella se podía leer distintos cuentos, historias, libros de todo tipo de categorías escrito por los mismos usuarios. Pude notar como el internet afectó mi compra y lectura de libros en papel, también como me tardaba mucho más tiempo en leer un libro debido a las distracciones que tiene el celular. Tal vez pudo sustituir al papel y captar mi atención por unos años pero jamás se puede comparar a la concentración, memorización y comodidad de un libro impreso. En la actualidad, utilizo mis redes abiertamente, ya que estoy consiente en que invierto mi tiempo y el balance que se debe llegar a tener con lo que se comparte en la web. Son totalmente necesarias pero al igual necesitamos un escape de ese mundo virtual para vivir el presente con los cinco sentidos y no a través de un celular y/o computadora. Mi relación con la web la defino como una historia de amor, donde las altas y bajas me han enseñado como manejar efectivamente el internet en la actualidad pero como todo en esta vida, cada día que pasa se aprende algo nuevo. Les invito a seguirme en mis distintas redes sociales, no les prometo mostrarle el 100% de mí pero pueden tener una idea de mis intereses, alguna expectativa de mi personalidad y muchas cosas más. Recuerden apoyar lo local, aquí les dejo un enlace con la canción que tengo en repeat esta semana para que escuchen algo diferente mientras me siguen en las redes.