Ante todo, por definición, los sueños son una necesidad fisiológica que tiene nuestro cerebro para eliminar tensiones y descansar.  Nuestras preocupaciones o problemas, influyen directamente en nuestro estado de ánimo y también en nuestro cerebro, quien para eliminar el estrés, las expresa a través de los sueños. Los mismos han sido desde siempre un fenómeno que ha interesado a filósofos, chamanes, médicos y lectores del pasado y del futuro. Pero generalmente, de forma subjetiva,  los sueños de las personas son lugares donde sus pasiones y sus deseos del subconsciente pueden suceder.

¿Por qué los sueños son las manifestaciones de nuestros deseos? Los sueños constituyen una manifestación de nuestros deseos, donde la propia censura socio-cultural, con sus reglas morales y sociales, ha limitado las expresiones más íntimas del ser humano.  Sigmund Freud en su teoría refiriéndose a los sueños, explica: “Por su carácter de realización de deseos, se dividen en tres clases: en primer lugar, aquellos que muestran francamente un deseo no reprimido. En segundo, los que exteriorizan a través de un disfraz un deseo reprimido; estos son los que mayormente necesitan del análisis. Y en tercer lugar, aquellos otros que, si bien representan un deseo reprimido, lo hacen sin disfraz alguno o con un disfraz insuficiente” Es decir, que esas experiencias delirantes que nos dejan  perplejos porque mayormente no los entendemos, son manifestaciones exactas de esos deseos, que por causa de las limitaciones sociales no podemos lograrlos objetivamente. Por ende, se requiere de una interpretación y un análisis de los misterios de nuestro yo interno. Esencialmente, traducirlos a nuestro idioma más simple y sencillo es un trabajo arduo; ya que hay que distinguir entre la realidad objetiva y la realidad psíquica. Basándose en la teoría de Freud, esta realidad psíquica es un escenario del que el sujeto no tiene noticia, porque es un mundo totalmente inconsciente.

¿Cómo lleva a cabo el sueño la manifestación de un deseo? En primer lugar, el subconsciente altera el tiempo y convierte esa codicia en presente, ya que el presente es el tiempo en el que el deseo se expone como realizado. Los deseo de los sueños deformados son anhelos mayormente prohibidos y reprimidos por la censura, deseo cuya existencia constituye en la causa de la deformación onírica. Sin embargo, muchos pueden  tener la interrogante de qué provoca la “pesadilla” dentro del viaje onírico. La explicación está en que las pesadillas muestran con frecuencia un contenido exento de toda deformación, esto es, un contenido que ha escapado a la censura. Muchas veces es una realización no encubierta de un deseo. En palabras más simples, es un deseo que no es bien acogido por nosotros, por tal razón, tendemos a rechazarlo, ponemos fin al reposo y le damos lugar a la angustia o al miedo.

La formación del sueño, es entonces, un proceso de la psique. Quiere decir, que es una proyección de ideas a imágenes oníricas.  “El sueño tiene que ser oscuro para no revelar las prohibidas ideas latentes” (Los Sueños, S. Freud, p.69). De modo que hay una relación amplia entre el contenido manifiesto (los sucesos del sueño), y las ideas cautivas en el inconsciente.  Por otro lado, podemos ver el sueño como descanso y relajación de la censura. En dicha relajación se fluctúa una actividad onírica. Los sueños son los protectores del dormir dice Freud, porque abre el camino a que esas ideas reprimidas se realicen, calman la excitación que causan y permiten el reposo. De hecho, en el cuento “Ojos de perro azul” de Gabriel García Márquez, se puede identificar esta acción imaginaria donde esta supuesta pareja, dentro de sus sueños, se desean y crean una simbología para saciar su deseo reprimido de estar juntos o con alguien en la vida real. En sus sueños dicha pareja se siente cómoda y feliz ya que se encuentran en un mundo donde nadie los puede juzgar o señalar. Este concepto de censura es muy interesante y expresivo porque enseña que la psique del sujeto ha prohibido o escondido esas ideas y experiencias intensas que le han afectado, dañado o impactado de una manera traumática. Tomando como ejemplo a “ojos de perro azul”, ambas personas en la vida real viven en un ambiente solitario y dentro de su subconsciente tienen ese deseo de estar en una relación.

En resumen, podemos decir que los sueños son las manifestaciones de nuestros deseos más ocultos en nuestro yo interior. Donde, durante el reposo, las censuras socio-culturales se relajan y debilitan permitiendo así la proyección de nuestros anhelos conscientes o inconscientes. Traspasan la censura, pero no literalmente, sino simbólicamente. Así, como se ve en “Ojos de perro azul” donde la lámpara reflejaba el calor que la pareja deseaba darse y también donde la frase “ojos de perro azul” significaba el llamado de ese amor imposible. La censura sobre lo reprimido no desaparece, pero el sueño funciona como un desahogo psíquico de nuestros deseos más anhelados.

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Foto por:
jose luis rodriguez soult