Luego de años de espera y numerosos retrasos durante el camino, al fin llega a las tiendas uno de los juegos exclusivos más importantes del año para Playstation. Pero podrá la calidad de este juego ir acorde con la importancia que tiene dentro del mundo financiero de Sony, la respuesta corta es sí. Pero la respuesta larga se inclina un poco más al antónimo. Este juego va a ser todo un éxito, pero no necesariamente por ser el juego del año ni mucho menos, más bien se debe a la inmensa campaña de marketing que lo ha precedido. Este es un juego que nos lleva robando nuestras expectativas desde la primera vez que salió a la luz en el E3 del 2016. Desde entonces, y hasta ahora más que nunca, no hemos dejado de verlo en anuncios, videos, carteles y cuanta pieza existente de propaganda pueda haber.

Foto por Variety.com

Sin embargo, toda esta estrategia de publicidad que acompaña el lanzamiento de este juego, por el cual Sony se ha gastado tanto dinero, es solamente eso, una estrategia para recuperar y multiplicar dicho dinero, porque a la hora de encender la consola y ponerte a jugar, Days Gone no es nada de lo que prometió.

Debemos partir de la premisa de que Days Gone no es un mal juego, pero tampoco es la obra maestra que se nos prometió, y dentro de todo lo que se nos hizo esperar y de las favorables circunstancias en las que se encontró el estudio de desarrollo en todo momento, nos podemos dar el lujo de quejarnos por lo que tenemos. El juego no trae nada nuevo al mercado, nada que no hayamos visto antes, para aquellos versados en el mundo de los videojuegos, esto es solamente otro juego de mundo abierto de disparos, sigilos, los zombies de toda la vida y una historia principal que tampoco es que lo destaque del resto. Pero lo que pone la cereza en el tope del pastel, es que es un juego que repite todas estas tendencias del modo mundo abierto, pero las hace relativamente peor, y no peor en un sentido mínimo o diminuto, pero menor en un sentido que hace totalmente notable que el juego tuvo falta de optimización. Los bugs están de rabo a cabo, la historia y secuencia tiene constantes saltos, la jugabilidad está mal pensada y los NPC o los zombies tienen tantos fallos que se pueden considerar hasta un error del juego.

El juego se siente que no está terminado, pero han pasado 3 años desde que se anunció. Es inaceptable que se vuelva una tendencia sacar juegos de esta forma y repito, no es un mal juego del todo, tiene lo necesario para ser divertido como también tiene los suficientes fallos como para tener que reírte de él. Por dicho motivo, lo clasifico simple y sencillamente como “Una comedia de aventuras”.