La Universidad del Sagrado Corazón está mostrando actualmente una exhicibión en su galería, por una de las artistas puertorriqueñas de arte abstracto en Puerto Rico, Ivelisse Jiménez.

Según el folleto de información disponible en la galería, Jiménez obtuvo su maestría en la prestigiosa Universidad de Nueva York (NYU) en 1993 y tuvo su primera exhibición individual en 1996, en el Instituto de Cultura Puertorriqueña en San Juan. Su arte ha sido nominada y ganadora de premios; además, ha sido exhibida en lugares como la ciudad de Nueva York, España, entre otros países. Es profesora en la Escuela de Artes Plásticas en Puerto Rico.

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Portada del folleto de la Galería de Arte de la Universidad del Sagrado Corazón

Al llegar a la galería, me explicaron que la artista perdió gran parte de su arte como consecuencia del huracán María. La obra más grande, Intervalos, confines y territorios #13, muestra rastros de este evento, ya que contiene material reutilizado de una obra que fue arruinada por el huracán. Otra de las piezas está compuesta por parte de una pieza que tiene hongo, también por consecuencia del huracán. La idea de crear algo nuevo utilizando trabajos anteriores “arruinados” (que, consecuentemente, vuelven a cobrar vida en las piezas nuevas) me parece emotivo y una gran representación del pueblo puertorriqueño levantándose después del paso de María.

El arte de Ivelisse Jiménez es abstracto, creado utilizando varios materiales, como plástico, canvas, papel y pintura enamel (según el folleto de la galería). Desafortunadamente, siempre he tenido problemas creando conexiones emocionales con el arte abstracto. Prefiero analizar arte figurativo o figurativo abstracto, ya que ambos cuentan historias y transmiten emociones. El arte abstracto trata más sobre emociones, y no llama tanto mi atención como otros tipos de arte.

Algo que encuentro muy interesante es la composición de las piezas. Si yo personalmente hubiera creado una pieza como las de Jiménez, no la hubiera considerado arte. Pero ver la exhibición de Jiménez me hizo ver el asunto de manera diferente. Ella toma materiales no atractivos y crea piezas que te hacen pausar y mirar. Cada elemento parece sencillo individualmente, pero en conjunto resulta en algo que te hacer pensar y analizar qué podría significar. Estoy segura que esto debe ser impactante e genial para amantes del arte abstracto.

Al fin y al cabo, no pude disfrutar la exhibición como me hubiese gustado por dos razones: 1) la ya mencionada acerca del arte abstracto y 2) el uso excesivo de plástico. El plástico fue una decisión artística/estética interesante. Sin embargo, últimamente he tratado de ser más consciente del uso innecesario del plástico y el daño que le hace al planeta, y eso es lo único que me pasaba por la mente al observar las piezas.

Esta exhibición no fue la ideal para mí, pero pienso que valió la pena ir a verla. Vi un tipo de arte que no había visto antes, y eso siempre es algo bueno.