Recuerdo llegar a mi trabajo y ver el caos de la oficina, empleados preparando el edificio para el impacto del huracán y para que nuestras herramientas de trabajo no se echaran a perder. Todos estábamos ansiosos ya que hace años no éramos testigos de un fenómeno como este, la jornada de trabajo duró un poco menos de cuatro horas ya que el jefe nos cedió el día para ir con nuestros familiares y prepararnos para este evento. Me encontré con mi familia y compramos los artículos más importantes como agua, comidas enlatadas, baterías, velas entre otras cosas.

Cuando los vientos comenzaron a azotar en el área de juncos inmediatamente se fue la luz, y ya apenas podía recibir o hacer llamadas, los textos funcionaban, pero podía tardar hasta una hora para enviar y recibir y ni hablar de las redes sociales, en mi celular estas ya no funcionaban. Estaba bien nerviosa, las primeras horas los vientos fueron bastante fuertes. Por fortuna en mi casa la situación no pasó a mayores, solo una que otra rama de árbol caída. En la noche ya se escuchaban camiones pasando a recoger escombros y al otro día junto con mi madre comencé al limpiar las áreas de mi casa y al cabo de dos días ya tenía luz.

Hurricane Irma

[Foto: Hurricane Irma por EUMETSAT. Licencia por CC.]