Para todos, el paso de un huracán puede ser bastante aterrador, especialmente cuando hablan del huracán más poderoso en un siglo. Categoría 5 y con aterradoras ráfagas, los boletines que anunciaban el Huracán Irma, nos aterraban a todos.

Para la industria de bebidas y alimentos, sin embargo, resultaba incluso más aterrador.

Bartender Scene

fotografía: Jeffrey Montes

Aunque el ciclón no tocó directamente a Puerto Rico, las pérdidas fueron millonarias. Llegaron grandísimas lluvias que inundaron importantes sectores del sector turístico.

Y, no para ser malinterpretada, no se trata de que sean o no más importante que otras las áreas más comunes de la zona metropolitana. Sin embargo, para quienes creemos que el turismo es una de las principales fuentes de ingreso de la Isla, esto son muy malas noticias.

Hurricane Irma 2017 09 07

fotografía: Antti Lipponen

Varios dueños de negocios decidieron, tras el paso del fenómeno atmosférico, cerrar por completo sus puertas, en consecuencia de las grandes pérdidas que se reportaron. Además, empresas que tuvieron la dicha de sobrevivir, estuvieron cerradas por muchísimo tiempo, dada a la falta de energía eléctrica y agua potable; resultando en pérdidas gigantescas para patrones y miles de empleados.

Por otra parte, en el momento que finalmente puede abrir y operar correctamente un negocio, nos topamos con otro factor: los clientes. Las pérdidas monetarias no solo afectaron a patronos y dueños de negocios, sino al consumidor que, al fin y cabo, es quien determina la subsistencia de un negocio. Si la clientela tiene un presupuesto más bajo de lo acostumbrado dado a los gastos adicionales en reparaciones de sus propiedades, pérdidas de empleo, entre miles de otros factores… ¿Cuántas ganas tendrán de ir a consumir fuera para sostener esta industria?

Old San Juan

fotografía: Breezy Baldwin

Sin duda alguna, esto no será para siempre; o es este el primer ni último huracán que azota a la Isla. Nos restableceremos poco a poco; pero… ¿estamos preparados para un próximo ciclón?

¡Ahhhhh! ¡MARÍA!