IMG_1929(Foto: Odalys Arce)

 

A lo largo de nuestras vidas todos hemos pasado por tormentas o huracanes.  Desde pequeña escuchaba a mis padres y familiares hablar sobre avisos de tormentas y ver cómo se preparaban para enfrentarlas.  Veía las noticias y realmente no le daba tanta importancia, lo veía como un día con bastante lluvia y bastante viento.  Solo sabía que un huracán era más fuerte que una tormenta ya que todos los años escuchaba las mismas historias del Huracán Hugo y el Huracán Georges.  Pero todo cambió cuando me enteré que venía la tan esperada y famosa Irma, si… el Huracán Irma.

Al principio tome la noticia como siempre “una tormenta más” me dije.  Luego me enteré que no era tormenta si no huracán y lo seguí tomando igual.  El domingo casi nadie podía dejar de hablar del Huracán, todos hablaban de las millas, del viento, de la lluvia, la categoría entre muchas otras cosas más.  Como el lunes fue feriado muchos aprovecharon para comprar las cosas necesarias y las no tan necesarias, las calles estaban repletas.  Yo seguía tranquila ya que en estos casos la gente suele a exagerar un poco.  Si el lunes las calles están repletas el martes estaban peor.  El gobernador habían suspendido las clases el día antes, poco a poco las universidades lo hicieron también, los supermercados estaban desbordados, todos querían hielo, todos querían gasolina y la gente no paraba de hablar de Irma, era como una película.  En las noticias, en la radio, en las redes sociales y en la calle solo se hablaba del mismo tema, me empecé a preocupar.

Ya el miércoles en la mañana estaba nerviosa, sabía que lo que venía no se comparaba con las tormentas que había vivido antes, Irma era muy fuerte.  Al medio día empecé a meter a mis mascotas dentro de la casa, estaban asustadas.  Mis padres, mi hermana y yo estábamos en la sala en la terrible espera.  Pasamos las horas hablando, peleando y riéndonos por todo.  Empezó a llover y el viento era muy fuerte, estaba bastante asustada.  De vez en cuando miraba por la ventana para ver los árboles moverse y veía a mis vecinos haciendo lo mismo.  En la tarde ya no tenía ni luz ni agua, como era de esperarse mi mama preparo sopa, no estaba lloviendo mucho pero el viento seguía fuerte y poco a poco fue cayendo la noche.  Me fui a dormir con mi hermana  porque pensé que al su cuarto tener solo una ventana sería más suguro.  Las horas siguieron pasando y casi sin darme cuenta la lluvia y el viento fueron parando.

Cuando desperté el jueves en la mañana todo estaba tranquilo, como si nada hubiese pasado (me refiero al clima).  Toda mi familia estaba bien gracias a Dios.  En mi casa solo se cayeron algunos árboles en la parte de atras y el piso estaba lleno de hojas.  Por medio de las redes sociales pude ver los daños que causó el paso del huracán en otros pueblos y en las islas cercanas y fue muy triste ver a todas esas personas que lo habían perdido todo o casi todo.

Nunca voy a olvidar el paso del Huracán Irma por nuestra isla porque fue el primer huracán que viví.  Estuve varios días sin luz, sin agua y sin internet, pero pude mantener la calma porque sabía que habían muchas personas peores que yo. No recuerdo cuantos días estuve sin agua, pero lo que si recuerdo es que la luz tardo once días en llegar.  Gracias a Dios mi familia  y yo estamos bien después del paso de Irma y espero que las personas afectadas lo estén muy pronto.