[Licencia CC por REDO]

Por: Interrogantes.net

Fundamentalismo islámico

En árabe ellos lo llaman al-usulïyya al-islämiyya. Muchas veces en los medios de comunicación occidentales se nos presenta el mundo islámico como un atajo de salvajes, violentos y fanáticos… Esta imagen distorsionada no se ajusta a la realidad… Por supuesto que hay determinados grupos y sectas islámicas que se pueden acercar a esos calificativos, pero no conviene generalizar. Para entender un poco mejor que es lo que rechazamos (muchos islámicos también lo rechazan como nosotros) hagamos un breve recorrido por este tema.

¿A qué podemos llamar fundamentalismo islámico? Como casi todos los fundamentalismos, lo que desean es «volver a las fuentes». Lo que buscan los fundamentalistas islámicos y lo que tratan de instaurar es la vuelta al Corán y a la tradición, sin ningún tipo de intromisión doctrinal, intrusión intelectual o injerencia institucional.

¿Cómo es ese fundamentalismo? Presenta distintas facetas que van desde la intelectual a la social, pasando por la política. Hay que tener en cuenta que dentro del fundamentalismo islámico hay a su vez distintas corrientes, que en muchas ocasiones están enfrentadas entre sí. Los partidarios del fundamentalismo radical piensan que el Islam lleva en sí todas las soluciones, tanto para las cuestiones de tipo económico como para los demás aspectos de la vida social o individual. Lo esencial es volver a las fuentes de la fe, depurar de todas las escorias y deformaciones provenientes y resultantes de siglos de decadencia (entienden que la pobreza, el atraso económico, la dominación extranjera, etc. se deberían al abandono del Islam). El fundamentalismo invita a los hombres a participar en el quehacer común (en contra de lo que sucede actualmente en muchos países árabes que los habitantes son meros espectadores de las actuaciones de sus gobernantes), si bien, prescinde de la democracia ya que para ellos sólo Dios que es el único legislador que reveló su voluntad en el Corán. El fundamentalismo rechaza hacer concesiones y luchan por imponer la “saria”, (la ley religiosa en su integridad). Mientras los integristas cristianos hacen hincapié en la teología, los musulmanes lo hacen sobre todo en las leyes. La principal preocupación de los fundamentalistas se halla en aplicar la “saria”, cuyo resultado ha de ser un Islam integral.

¿Todos los islámicos son fundamentalistas? Lógicamente no. Hay islámicos a los que se les denomina «fundamentalistas» (usüliyyún) o «islamistas» (islämiyyún), pero hay otras personas a los que podemos llamar «neotradicionalistas» que buscan, sobre todo, frenar el cambio social en nombre de una concepción legalista y puritana del islam. No hay que confundir fundamentalistas con neotradicionalistas. Los primeros intentan imponer el volver a las fuentes y el cumplimiento rigorista de las leyes coránicas. Los segundos se aferran a sus tradiciones y rechazan muchas cosas: nuevas tecnologías, etc.

¿Cuál es la diferencia entre Fundamentalistas y Neotradicionalistas? Los fundamentalistas no rechazan las nuevas tecnologías para imponer la ley islámica. Quieren crear un gran Estado Islámico. El fundamentalismo se desarrolla preferentemente en medios urbanos y universitarios. El neotradicionalismo no tienen un proyecto político, se aferran a las normas del pasado, rechazan cualquier innovación tecnológica, científica, etc. Se da preferentemente en zonas rurales.

¿El fenómeno fundamentalista es nuevo en el Islam? No. A lo largo de los siglos hemos tenido distintos momentos que hemos vivido el fundamentalismo islámico con mucha fuerza: el movimiento almohade (siglos VI/XII), durante el medievo en el Magreb, y el Wahhbismo (XII/XVIII), en la modernidad en Arabia.

¿Por qué da la impresión que los musulmanes apoyan el Fundamentalismo? Hay que entender el gran choque cultural que están viviendo estos países. Ven como sus tradiciones ancestrales están sufriendo cambios llenos de todo tipo de inmoralidades; de estas situaciones culpan al mundo no islámico. Para ellos retornar a sus fuentes es recobrar el prestigio, el poder y la serenidad en la que han vivido estos países durante siglos. Muchos problemas del mundo árabe lo achacan al abandono de la fe islámica, por ejemplo: el 60 por 100 de la población musulmana, compuesta de menores de veinte años, está en el paro abocada a un porvenir incierto, además de infinidad de problemas de todo tipo. Todo esta ensalada mezclada con el desencanto y el subdesarrollo de estos países, hacen ciertamente creer a muchos musulmanes que la única oportunidad que les queda es volver al ayer y a las leyes primeras para recobrar la orientación y la dignidad perdidas. Comprensible o no para nosotros los occidentales, sin duda el mundo musulmán tiene que reencontrarse con el pasado para actualizarlo y hacerlo presente con dignidad y autenticidad, pero para todos..