Mira tu cosecha y agradece.

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Hoy nos surge una oportunidad más para reconocer a profundidad que tenemos mucho por lo que ser agradecidos. Agradecer es un ejercicio de todos los días, que surje en el momento en que experimentamos la felicidad o la tristeza, o cuando miramos al lado y comparamos nuestro estatus con el del semejante.

Más allá de comer pavo, compatir con la familia y amistades, enviar textos “a todo lo que dá” y tirarnos “selfies” pa’ las redes. Acción de Gracias es un día de total reflexión, que no debemos desaprovechar. Es muy importante que estemos concientes del origen de este día. A través de mis entradas anteriores, he dado a entender mi fiel creencia en que: “hay que conocer nuestra historia para así comprender mejor el presente y no cometer errores futuros”.

Origen: Podemos atrevernos a resumir esta tradición como “la celebración de haber culminado una cosecha”. De hecho: “En Europa, los festivales se llevaban a cabo antes y después de los ciclos de cosecha para agradecer por una buena cosecha, y para celebrar después del duro trabajo junto con el resto de la comunidad. Los nativos americanos también celebraban el final de la cosecha. Cuando los europeos llegaron a lo que sería América por primera vez, llevaron sus propias tradiciones (fiestas de la cosecha) desde su continente, celebrando el final de su viaje, la paz y la buena cosecha. Aunque los orígenes del día de Acción de Gracias son similares en Canadá y en los Estados Unidos, los estadounidenses no suelen celebrar las contribuciones hechas en Plymouth, Massachusetts, mientras que los canadienses no celebran las contribuciones en la isla de Terranova”.[Información obtenida en Wikipedia]

A agradecer por la cosecha que hasta ahora llevamos, por la oportunidad de poder sembrar y tener los recursos (aunque sean mínimos) de mantener esa siembra. A continuar aspirando a mejorar las cosechas de nuestras siembras diarias. Bendiciones a quienes mi leen. ¡Feliz día de Acción de Gracias!