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Normalmente, una ola se forma por la fuerza del viento sobre una gran superficie de líquido, que puede ser un océano, un río, lago, mar, canal o cualquier cuerpo líquido. Sin embargo, en los océanos es donde las olas son más frecuentes debido al gran campo que las mismas tienen para tomar forma.

Existen cinco elementos que contribuyen a la formación de las olas. Éstos son:

  • Velocidad del viento
  • Distancia de agua ‘abierta’ que el viento tiene para soplar
  • Ancho del área afectada por este viento
  • Tiempo del que dispone el viento para soplar
  • Profundidad del agua

Éstos factores determinan el tamaño de las olas y cuanto mayores son cada uno de ellos, mayor tamaño tendrán las olas. Las olas del mar son ondas que se generan por la fuerza del viento y son restauradas por la gravedad. El viento fricciona con la superficie del agua, ocasionando un arrastre sobre la misma. De esta manera, a medida que la fricción aumenta se va incrementando el tamaño de la onda en formación.