En esta novela extrema del autor prolífico Richard Matheson, cuatro personas suben a la casa Belasco para intentar probar la existencia de la vida después de la muerte a un viejo moribundo que por cosas de la vida, tiene trillones de dólares para abarcar los costos del experimento. El grupo consiste del Dr. Barret, un científico escéptico que le interesan los conceptos paranormales, su esposa, la Sra. Barret, la médium espiritual Florence Tanner, una devota hasta más no poder y el médium físico Benjamin Fischer, sin ninguna ironía lo considero el “happy medium”. Como pueden ver ya tenemos aquí unos personajes colorisimos para empezar y les aseguro que no terminará ahí, porque la casa Belasco no se le dice Hell House por nada, es una casa donde los peores actos ocurrieron en un pasado, todos para el entretenimiento del vil dueño Emeric Belasco, culminando en una recreación masiva de los 120 días de Sodoma. Sin duda es una casa donde fuese placentera la vida.

El libro está escrito de forma muy casual y clínica, pero siempre tomando en cuenta que cuando llegan los fantasmas, es porque LLEGAN. Hay partes que se sienten al estilo de Poe, la sutileza de la historia yace en la verdadera naturaleza de los embrujos y no en los embrujos como tal y por eso el libro funciona a pesar de bombardearte momento grotesco tras momento grotesco. Aquí hay de todo y la casa va a asegurarse que sus cuatro invitados reciban el mejor trato posible. Hay veces que el libro se tira todo tipo de locuras para el mero morbo y cada momento es mejor que el otro. Pero las partes más intrigantes son las de habla científica y paranormal, cosa que el autor conoce bien ya que ha estudiado fenómenos paranormales desde temprano. El efecto es uno similar a lo que Lovecraft hace con su historia “At the Mountains of Madness” al dejar que sus protagonistas científicos se pierdan en la ciencia mientras lidian con el terror sobrenatural, así dándole credencia y profundidad a la mitología.

Sin duda este es un libro entretenido y muy escalofriante que le recomiendo a todo el mundo.