Descubriendo a… Paris
La semana pasada no pude escribir mi blog, Descubriendo a Paris. Pero aquí está…
¿Cómo llegue a Paris?
En el St. Pancras Station en Londres se encuentra el Eurostar, tren que viaja a 300 km por hora y que permite la conexión a varias ciudades entre ellas, Paris. En 2 horas y media -aproximadamente- estábamos en nuestro destino para comenzar la aventura.
Una vez salimos de la estación del tren, nos encontramos con la sorpresa del frío descomunal que hacía. Y es que, no fuimos preparados para ese clima. Gracias a Dios, que me dio con llevarme un “jacket” con el que pude sobrevivir.
El primer lugar que visitamos fue la Catedral Notre Dame. Y sí, lo primero en quien pese fue en Quasimodo. Inmediatamente, entre a la catedral y fui hasta el fondo para ver los vitrales. Los detalles, los colores, las imágenes de cada una de las piezas son bien impresionantes, continúan intactos después de tantos años.
Luego nos dirigimos a la Torre Eiffel. Debo admitir, que cuando estas frente a la torre cuesta creer lo que estás viendo. Y es que, llevas toda tu vida viendo fotos de este monumento, que una vez estas allí es algo menos en tu “bucket list”.
Vimos el atardecer en un crucero a través del río sena. Recorres parte de la ciudad desde otra perspectiva.
Regresamos a la Torre Eiffel, pero para subir al tope. Esta fue la parte más especial del viaje, ya que es mi regalo de graduación adelantado- según mami. Y es que, este es mi último año universitario. Pero como todos los días no se va a Paris, tenía que aprovechar el momento. Así que, me puse mi birrete y subí a la torre. El frío que hace allá arriba esta fuera de control. Pero que se puede esperar si estas a 330 metros sobre el suelo.
Al otro día vimos la Torre Eiffel desde otra parte de la ciudad.
Visitamos el complejo Les Invalides, uno de los monumentos más destacados de Paris donde descansan los restos de Napoleón Bonaparte.
Llegue motiva’ porque iba directo a alquilar bicicletas para recorrer el jardín, pero llovió hasta más no poder. Ese día estaba –LITERALMENTE- para comer sopitas y estar viendo películas en la casa todo el día, así que imagínense como estaba.
Esperamos tranquilas, tapándonos con una frisa mientras llovía para por lo menos, ver el jardín con un guía. Pero, me quede con las ganas de correr bici.
Visitamos el rascacielos Montparnarsse donde puedes ver toda la ciudad. En la foto a continuación pueden apreciar cuan agradable estaba el clima.
El último día, visitamos el Museo del Louvre. De antemano sabía a donde quería ir. Así que, inmediatamente entre, busque a la “Mona Lisa”. Para llegar al frente y tomarme un “selfie” hasta me empujaron.
Compre mi candadito y fui al “Pont de Arts”. De los momentos más bonitos del viaje. Espero que cuando regrese, de aquí a no sé cuántos años, me reencuentre con él.
El último lugar que visitamos fue, la colina Montmartre conocido como el “Barrio de los pintores”. Nunca había escuchado de esta parte de Paris y quede encantada con la vista y el ambiente. Las calles son similares a las del viejo San Juan.
Allí se encuentra la Basílica del Sagrado Corazón. El día en que fuimos estaba presentándose varios coros de niños y puedo decir que se transmite una energía tan especial que hasta se me salieron las lágrimas.
Por último, pero no menos importante, comí crepas de nutella -por primera vez-. Me gustaron pero me dijeron que en Puerto Rico las hacen mejor.
Regresamos al hotel, preparamos maletas y nos fuimos a Descubrir a… ROMA. Así que, pendientes a mi próximo blog.
No olvides leer mi blog anterior, Descubriendo a… Londres.
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