Te siento;

Cuando el viento de tu recuerdo me susurra tu nombre.

Te busco;

Como alma perdida en una noche de entierro.

Tu aliento;

fatal fuego lento que quema mi ser.

Recordar… no. Rehúso a tratar de volverte a enamorar.

Borrarte de mi mente y tirar al olvido.

Justamente como juguete destruido por tu ausencia, arrollado por la soledad, de una habitación sin luminosidad. Ni si quiera una lumbre para poder descansar.

Besar… Terciopelo de la noche que esconde el secreto de aquel ascensor, murmullo sin grosor de un te amo que nos ilumino más que un espectro de color.

Apiádate de mí, soledad eterna,

que en algún momento me acogió en sus brazos un lecho de amor. ¿ Que culpa tuve de entregar mi corazón desnudo?

Soledad inútil;

una prueba fui para olvidar otro amor, hipótesis de que a lo mejor con este de aquel me olvido yo. Negación de un amor que nunca existió, un Iscariote que que a mis sentimientos manipulo.

Soledad en penumbras, amiga de mil recuerdos,

ten piedad de este compungido corazón que por un beso un ataque cardiaco sufrió, por un sentimiento que nunca existió él se entrego.

Soledad de mil castigos;

lleva contigo los sentimientos que como la marea subieron.

Ahoga contigo en el remanso eterno, la cruz que lleva mi pasión.

Fantasma de mi pasado;

lleva contigo el furor de este amor. Que ya a este Romeo su corazón… Ultimo latido dio.