Hablar un español lleno de anglicismos  es un riesgo, un insulto y un atrevimiento de los feos a nuestro idioma. Está bien mencionar una que otra palabra en inglés pero tener una conversación así:

“«Hey», estaba en casa de mi «best friend» y estábamos «you know» pensando en que vamos a hacer este «weekend», «like» nos tenemos que decidir «rush».”

Es un poco desesperante. Hablar, escribir y tan solo pensar en español es un acto de libertad. Me siento muy orgullosa de hablar el español y creo que aún más de ser puertorriqueña. Es un idioma que se habla en 20 países con aproximadamente 375 millones de hispanohablantes.  Para mi es muy importante hablar y escribir correctamente. Aunque cometa errores,  estoy muy al pendiente para corregirlos y aprender. No querer utilizar bien el español, o cualquier otro idioma, debería ser castigado, aunque en parte ya lo es con la ley de causa y efecto. El español es un idioma maravilloso con el cual se pueden expresar sentimientos y pensamientos de una manera hermosa y también con más energía en cada palabra. Si no supiese hablar, y me dieran a escoger un idioma, sin pensarlo escojo el español. Creo fielmente en que los idiomas pueden tomar algunas palabras “prestadas” de otros idiomas pero no se debe abusar de los prestamos lingüísticos.