Debido al papel que desempeña la tecnología en nuestras vidas, no suele haber ningún lugar donde esconderse de los acosadores cibernéticos. El acoso en línea puede ocurrir en casa, en el centro de estudios o en cualquier otro lugar donde una persona se pueda conectar. Es por eso que en la actualidad millones de personas sufren de ciberacoso. Por ende, puedo decir con toda certeza que el Acoso Cibernético consiste en utilizar la tecnología para amenazar, avergonzar, intimidar o criticar a otra persona. Amenazas en línea, mensajes de texto groseros, mensajes despectivos enviados a través de Twitter, comentarios colgados en Internet.  Y también el hecho de colgar en Internet información o vídeos de carácter personal para herir o avergonzar a otra persona. El acoso cibernético también incluye aquellas fotografías, mensajes o páginas colgadas en Internet que no se pueden desinstalar o dar de baja, incluso después haberlo solicitado. En otras palabras, todo aquello que se cuelgue en Internet con la intención de hacer daño a otra persona. El acoso en línea puede ser especialmente doloroso y ofensivo, ya que suele ser de carácter anónimo y es muy difícil identificar al acosador. La gente puede ser atormentada durante las 24 horas del día y los siete días de la semana, cada vez que consulte el teléfono o el ordenador. A veces, puede no ser consciente de lo que se dice a sus espaldas o de dónde procede tanta maldad.

Dos ejemplos de Acoso Cibernético son el primero trata de un niño quien era acosado continuamente por ser supuestamente gay, después que amigo tras una confidencia online derivó en la extensión del rumor de que era homosexual por todo el colegio. Una chica que le gustaba tonteó con él online haciéndole creer que le gustaba para después humillarlo en persona cuando él dio el paso fuera de la Red, además de distribuir los mensajes privados que había provocado con su fingido interés por él. Fue más de lo que pudo soportar hasta llevarlo al suicidio. El otro ejemplo, se puede apreciar en el 2010, el estudiante de la Universidad Rutgers Tyler Clementi saltó a su muerte algunos días después de que su compañero de cuarto grabara por webcam y mandara tweets de un encuentro sexual que Tyler había tenido con otro hombre. Esto se puede evitar si los padres les ensenan a sus hijos que sus acciones tienen consecuencias, que sus palabras tiene el poder de dañar o de ayudar. Los deben enseñar a apreciar a las personas y no tratar de destruirlas. También, deben supervisar a los jóvenes y adolescentes cuando están usando el internet. Del mismo modo que a los niños para ver que hacen, donde están metido y con quienes chatean ya que existen millones de personas que están al asecho   de víctimas para acosarlas.  

Referencia

Claudio,                                  A.                                  Crímenes                                  Cibernéticos.

https://www.ramajudicial.pr/Miscel/ Conferencia/7ma/Crimenes-Ciberneticos.pdf

Romina Putallaz, P. Cybervictimización y cyberagresión en estudiantes universitarios: problemas emocionales y uso

problemático de nuevas tecnologías, Vol. 18 Núm. 2 (2018).

         

https://dspace.palermo.edu/ojs/index.php/psicodebate/article/view/811