Por Alexandra Acosta Vilanova

Para muchos, la historia tiene un rol fundamental como conjunto de conocimientos, legados y realidades del ser humano a lo largo del tiempo. Es por esto que actualmente podemos saber cómo se asentaron nuestros primeros habitantes, conocemos nuestros próceres, lo sucedido en el grito de Lares, y muchos otros sucesos que nos han marcado como país. Dijo el escritor español Enrique Jardiel Poncela en una ocasión: “Historia es, desde luego, exactamente lo que se escribió, pero ignoramos si es exactamente lo que sucedió. Este pensamiento y muchos más los ha mantenido la escritora Tina Casanova en cada una de sus obras.

 Esta Cialeña y Boricua de pura cepa, nace el 28 de mayo de 1949 en dicho pueblo. Obtuvo un bachillerato en Administración de Empresas y Servicios Generales con concentración en Gerencia. Trabajó en una empresa de transportación marítima por diecisiete años y se dedicó a las artes plásticas por unos diez. Su amor por la lectura la llevó a escribir su primera novela “Sambirón” en 1998, que trata sobre un pueblo imaginario y narra la saga de seis generaciones a lo largo del tiempo. En poco tiempo, esta mujer de campo, se convirtió en una de las voces más destacadas para el Puerto Rico contemporáneo.

Es menester destacar que Tina Casanova decide escribir novelas históricas para llegar a conocer y comprender su historia y a sí misma. Desde joven comprendió que nosotros, los boricuas, teníamos la obligación de rescatar esa historia de los borrones que nos dejó el invasor extranjero; primero los españoles y luego los estadounidenses. Quien no conoce su historia no se conoce a sí mismo. Quien no se conoce a sí mismo, no sabe quién es ni hacia dónde dirigir sus pasos. Para trabajar sus novelas, se dedica a estudiar durante dos a cinco años sobre el mensaje que nos quiere llevar. Su investigación incluye leer sobre historia, política y sociología. También, ingresa a la universidad para tomar algunos cursos, entrevista historiadores expertos en el tema y visita lugares. Es por esto que su novela plasma la cultura de los pueblos, así mostrando los principales acontecimientos históricos que contribuyeron a la forja de la sociedad puertorriqueña contemporánea.

Su primera obra, la novela “Sambirón” junto a “Como paloma en vuelo” y “Cinco Marías y un Ángel” forman parte de una trilogía cuyo vínculo principal se sostiene en la narrativa de ficción de una trama que tiene como base la verdadera historia social, política y económica de los últimos ciento cincuenta años de Puerto Rico.  La historia que transmite es una propuesta desde la cultura popular, libre de la óptica académica formal. Es más accesible, sencilla y relacionable para el lector porque te adentra en el día a día.

Cabe destacar que esta escritora suele utilizar personas de la historia real y los convierte en parte de sus personajes. Gran ejemplo de esto es la novela “Donde dos ríos se unen” que trata sobre la vida de un emigrante asturiano que huye de la guerra española hasta embarcarse a un Puerto Rico tras la Caída de la Bolsa en Estados Unidos y el mundo. Doña Tina escribe esta novela dejándose llevar de los relatos contados de familias de emigrantes asturianos. En otra de sus novelas, “¡Cuéntame de ti, Sofía!” se busca ilustrar la realidad política de Puerto Rico y la propuesta ilusoria de cambios radicales en un contexto de sátira social.

Por otra parte, su novela “El último sonido del caracol” presenta la historia de nuestros indios tainos, dando a conocer que no han desaparecido como nos han hecho creer. Al igual que, “En busca del cemí dorado” Tina Casanova demuestra que el espíritu indígena florece en la vida del puertorriqueño día a día. Cada una de estas obras se encarga de presentar el marco de nuestra isla, nuestra nación y nuestra patria. Sin duda alguna, la historia de Tina Casanova tiene carne, tiene alma, tiene vida, tiene espíritu.

Para finalizar, comparto el siguiente pensamiento de Tina Casanova y cito: “Mis novelas son una radiografía de por qué hoy somos como somos, retratando unas épocas porque el ser humano es un producto de su historia: nadie es lo que parece en un momento determinado del tiempo. En este sentido, busco reconciliar lo que somos, con lo que fuimos”, cierro cita. Teniendo en cuenta dichas palabras podemos recalcar el gran valor de la novela histórica como recurso en cada una de sus obras. La historia forma un eslabón importante en el desarrollo de nuestra sociedad. Cada joven puertorriqueño debe conocer el pasado de su país para así llegar a la verdadera raíz de los problemas actuales que se están viviendo. El saber nuestro legado y nuestra historia es un tema que nos compete a todos como boricuas y como personas responsables ante nuestro país porque según un dicho popular: “El que no conoce su historia, está condenado a repetirla”.