CC: University of Michigan’s Ford School

“Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto; es un hábito”.

El hábito sin esfuerzo no hace la excelencia. Solo a través del esfuerzo y la dedicación es que se logra alcanzar la excelencia. El hábito es un proceso que no amerita enfoque; es natural, no necesita pensar en ello para ejecutarlo. Para la excelencia es diferente. Cuando hay una meta se trabaja para ello; es premeditado, hay un enfoque y mucho esfuerzo.