No sé si les había comentado anteriormente, pero en mis tiempos de prepa fui integrante del Dance Team de la Universidad del Sagrado Corazón.  A esto le debo inmensamente mi acoplamiento a la vida universitaria.  En menos de lo que imaginé, tenía nuevas amistades con las que compartí, quien en su mayoría considero grandes amigos.

Retomando el tema del Dance Team, pase mi primer semestre preparándome para las competencias en las justas.  Fueron largos meses e innumerables horas ensayando hasta decir basta.

En la llegada del segundo semestre es que el ambiente y la dinámica de los ensayos cambian. La complejidad en la rutina, la intensidad y las horas eternas de los ensayos. Puedo decir que fue bien cuesta arriba ese semestre. Los ensayos eran de lunes a viernes y hasta domingos. Era agotador ya que estaba todo el día en la universidad entre clases, reuniones de grupos y ensayos. Ya en la recta final, mi cuerpo me pedía descanso. Como la rutina era constante, me enfrente a una lesión en la rodilla que casi me cuesta el no bailar con mi equipo en las competencias. Fue frustrante y agobiante ya que, después de todos esos meses entrenando no era justo para mí y para mi equipo que los abandonara en las últimas. Con toda y lesión, continúe realizando las coreografías. Fui a terapias y visite mi ortopeda quien me aconsejo no bailar en las competencias por la complejidad de la rutina. Aun así, decidí bailar. ¡Y no me arrepiento!. Fue la mejor experiencia que he vivido en toda mi vida universitaria.

Orgullosa estoy de haber formado parte del equipo que llego 2do lugar en las Competencias de las Justas en el 2011.