El Nuevo Día

Recientemente estuve echando un ojo al periódico y leí de repente que una mujer tras no poder tener hijos por diferentes circunstancias decide hacerse una inseminación artificial de la cual tuvo un producto que estuvo en su vientre por 9 meses. Lo más curioso es que ella queda perdidamente enamorada del donante de esperma. Esta fue una muy rara forma de encontrar el amor. Según el artículo esta pareja piensan casarse próximamente y ha sido de inspiración y esta historia quizás la veamos en la pantalla gigante.