mar

A ti alce mis ojos cuando rallaste el alba de mis ensueños. Belleza reluciente saliendo del rio de mis deseos.

        Poco a poco te fui contemplando. Al tu abrir tus pupilas creando erupciones cósmicas.

(Un camino estrellado que me condujo los más remotos deseos de tus encantos.)

   Serenatas de estrellas que llegaron a mí en mil miradas chispeantes. La mar pide venganza por su amante naufragado.  Que se desborda como rio en la piel de otra, saliendo de los surcos más remotos de su tálamo.

¡MAR!

      Llénala de tu amor impetuoso; de tu sentir con disimulo, de tu celo nocturno bajo la luz de la luna. Acompañante fiel del fauno que se escapo de nuestro furor oscuro y penetro en ella desde su carne al alma.

     ¿Qué extraño delito se siente al no tenerle?  No poder llenar de   besos su  piel deslumbrante,  marejadas de placer entre gemidos en el silencio de su alcoba. Llamarada, luz tenue que descubre nuestras sombras en un coloquio de amor. Personificación de mi amante salobre.   Ada  que recoge mil suspiros para hacer de ella en tierra la Re encarnación de mi Mar.