Pequeña metrópolis; isleta, capital de mi patria.

Tan pequeña y con tanto legado.

Eres perla reluciente en mi caja de joyería.

Tu sobresales con tus calles de adoquines, marcados por

la historia, los romances y las luchas de mi pueblo.

Testigo son tus murallas de combates y guerras.

Al igual tus balcones, son serenatas para un triste Romeo

en conquista.

A muchos galeones tus puertas le has brindado,

muchos tus mares han disfrutado.

Capital de mi patria, capital y hogar de crueles masacres

de muertes sin testigos

¡Oh! si tus calles hablaran cuantos secretos contaran.

Como el reencuentro de de viejos amigos es la emoción que

provocan tus garitas después de un largo viaje el destello  tus calles

 en una noche esconden el secreto de mis noches de mil lunas.

 Testigo son tus malecones de un joven. De un soñador cantando

sus romances. Por ti escritores y compositores

han desahogado en sus llantos y te han gritado con honor

que eres preciosa.

Capital de mi patria. Capturaste mi alma y mi corazón como gitana

con vos de bohemia me  enamoraste llevándote

hasta lo más profundo de mi tálamo. Al son de tus fiestas y algarabías

en ti mi juventud conquistaste y como una novia hechicera a mi ser entraste